11 de febrero de 2012

De nuevo el país polarizado ¿por Plazas Vega?

De nuevo el país está polarizado.  Casi que podríamos decir que se habían acabado esos momentos tensos a los que Uribe nos llevaba permanentemente sin embargo, la pasión ciega, las ganas de tener la razón por encima de cualquier consideración, el espíritu de jueces es algo que consideramos una herencia divina y bueno por algo seremos el país de sagrado corazón, muy seguramente porque cada día nos tomamos muy a pecho el hecho de ser el que está sentado en la silla del juez en el Juicio Final y los demás en el banquillo de los acusados, definitivamente esto hace parte de nuestro ADN, los colombianos somos así.


Ahora con la sentencia que condena, a creo 30 años de prisión, al héroe de la patria el Coronel Plazas Vega,  un sinnúmero de conjeturas comienzan a tejerse sobre los acontecimientos del Palacio de Justicia de una forma particularmente folclórica.

Primero, para que no me juzguen de guerrillero, no estoy de acuerdo con ningún tipo de lucha armada, no respaldo ni justifico la toma que hizo el M19 al Palacio de Justicia fundamentalmente porque con ese acto comenzó,  lo que terminó convirtiéndose en un holocausto con casi un centenar de víctimas.

Segundo, creo que está bastante documentado el hecho de que  el M19 tenía un apoyo del cartel de Medellín, los autodenominados  extraditables estaban vinculados con el grupo guerrillero, también es claro que dentro de las pretensiones del eme, la de hacer un juicio público a Belisario era un imposible,  más aún cuando la opinión pública señalaba al mandatario de haber entregado el país a la guerrilla.

Tercero, no juzgo la forma como el ejército organizó el operativo de retoma del Palacio, aunque  quizá de otra forma las víctimas no hubieran sido tantas, realmente fue una toma a sangre y fuego. Es importante tener en cuenta que la mayoría no eran guerrilleros, eran magistrados, trabajadores  y visitantes del Palacio.

Cuarto, realmente hay que invocar la historia en su contexto y no solo tomar datos para luego acomodarlos convenientemente. El M19 tuvo apoyo del cartel de Medellín, la guerrilla de hoy es una industria del terrorismo, extorsión y sus principales ingresos provienen del narcotráfico, en conclusión son narco-terroristas, no son revolucionarios con ideales políticos, son vulgares delincuentes. No sé si se han imaginado como hubieran sido el Mono Jojoy o Manuel Marulanda  en el Senado.

Quinto, aclaro que no soy partidario del Polo, ni de Petro o Navarro, de hecho, como no avalo la lucha armada, no avalo sus antecedentes revolucionarios.

Sexto, coherencia en el discurso, ayer un funcionario del gobierno pedía no discriminar a los desmovilizados, mientras que el país señala y juzga permanentemente los exguerrilleros del M19 que se acogieron a un proceso de paz.

Séptimo, en el momento en que el M19 se desmovilizó en el mundo se veía como una alternativa de paz una política de perdón y olvido; la misma naturaleza del grupo subversivo permitía justificar unos ideales políticos, finalmente se negocio, se estructuró y de esta forma los guerrilleros se acogieron a esta política de desarme y paz la cual permitió demostrar que los caminos de la democracia, aunque lentos, son más productivos.

Octavo, hay evidencia de que once personas salieron vivas del Palacio de Justicia, hay evidencia de que en algún momento de la historia el ejército torturaba a sus prisioneros de guerra y precisamente varios exmiembros del M19 lo corroboraron.

Noveno, hay derecho a que personas que salieron vivas del Palacio, que se ven vivas en las imágenes de la televisión, que se ven que están en poder del ejército hayan terminado desaparecidos o en una fosa común.

Finalmente al Coronel Plazas Vega, lo condenaron por dos de los once desaparecidos, no por nada diferente, no por “mantener la democracia maestro”.

¿Qué tiene que ver el proceso de paz con el M19  con que las personas que salieron vivas, hoy no se sepa dónde están?

Seguramente el ejército de hoy no tendría que pedir disculpas a nadie por nada, es más, ni el de aquel entonces, estas son responsabilidades que considero son individuales pero lo que es peor,  lo que no es valido,  lo que no se puede permitir y no se debe considerar es que los estamentos del estado terminen cometiendo ilícitos. Es claro que eso es lo que los debe diferenciar de los delincuentes.

Lo más probable es que si vemos a las Farc y desde esa perspectiva juzgamos al M19 de entonces;  y si vemos al ejército de hoy y con esa perspectiva juzgamos a nuestro ejército actual, nos equivoquemos en el juicio. Soy agnóstico, para evitar errores de interpretación, pero el ejercicio de comparar los ejércitos y las guerrillas 26 años después,  sería como juzgar a la iglesia católica de hoy a la luz de la inquisición.