27 de julio de 2012

El que no escucha consejos…


Definitivamente se puede llegar a viejo haciendo caso omiso a los consejos, indistintamente de que estos sean gratis o no.

No me gusta ser impreciso, ni especular, sin embargo la falta de una buena memoria me obliga a incurrir en posibles inexactitudes, claro está que no me remitiré sino a recuerdos de no más de 25 años.

Desde que tengo uso de razón escucho hablar de expertos, de esos expertos que dentro de muchas otras teorías, hablaron de las 5S Japonesas que nos invitaban a: clasificar, ordenar, limpiar, normalizar y mantener la disciplina, y esto ¿para que sirvió? no para mucho, solo para distraer la atención de los temas realmente importantes y para beneficio económico del que dictó la conferencia o asesoró a la empresa, porque lo cierto es que con el tiempo estas prácticas siempre caen en desuso y su efectividad no está relacionada tanto con el método sino con el impacto positivo que logra tener la alta dirección cuando pone toda su atención en iniciativas de este tipo, es claro que así todo funciona.

Ese solo fue un ejemplo, pero luego vinieron otras ideas revolucionarias como TQM que iba más allá del “te quiero mucho” y era la Gestión de Calidad Total, la Reingeniería, etc. y así el mundo encontró esa gran oportunidad de negocio que consiste en decirle a los demás que deben hacer y transmutó a la vida personal, llegaron los libros de auto-superación y con él las técnicas orientales que se nos metieron en el rancho a todos, literalmente se metieron al rancho, como con el Feng shui que definió hasta donde debería ir el inodoro y si no se podía mover tocaba poner un espejo al frente -debe ser lindo verse al espejo cuando uno esta sentado en el trono-.

Pero más allá de las más modernas teorías del management, de los coachings, de los libros de auto-superación, de las técnicas y filosofías orientales, y de los particulares híbridos entre la física cuántica y la metafísica, son los consejos familiares y de los amigos los que tienen un mayor impacto sobre la vida. Recuerdo como hace unos quince o veinte años la gente perdió sus casas por culpa del UPAC pero realmente el UPAC hizo solo una parte del daño, la otra parte fue el efecto de los malos consejos de familiares y amigos que sin ningún fundamento técnico y solo por costumbre impulsaron a muchos a dejar sus ahorros en las cuotas iniciales de inmuebles que jamás pudieron terminar de pagar y que finalmente perdieron.

Yo soy incapaz de dar un consejo y mucho menos el de no escuchar consejos, este post no tiene pretensión alguna salvo hacer una reflexión muy personal sobre lo que pienso debe ser el método de toma de decisiones, en donde considero que este debe tener un proceso de investigación sobre datos reales a la luz de la propia realidad, circunstancias y de expectativas frente a la vida, fundamentalmente  porque para resolverla no hay una formula mágica.

Es más, muchos creen que al mundo se viene a ser feliz y en el entre tanto, la gente deambula entre la infelicidad y la frustración, en consecuencia se podría deducir que  es mejor buscar la tranquilidad que la felicidad, sin embargo esto es un decisión personal y cada quién decidirá lo que prefiere a pesar de la subjetividad de la interpretación que se le puede dar a cada definición.

Así las cosas nadie es el capitán de ningún puto barco, y mucho menos los barcos avanzan juntos hacia un puerto en común movidos por un rebaño de ovejas que reman al ritmo de sus corazones, esas analogías no son más que eufemismos amañados para convencer a las desubicadas multitudes de hacer lo que a un “capitán” se le venga en gana.

Igual no hay, ni van a encontrar, medias naranjas, ni a nadie lo va a dejar ningún tren si no se les da la gana de casarse y el hecho de cantar “no quiero trabajar, no quiero ir a estudiar, no me quiero casar” no es un cántico a la rebeldía es una sentimiento común que lamentablemente pocos pueden llevar a la práctica porque es muy difícil conseguir un patrocinador para la vagancia.

En conclusión es mejor equivocarse por tomar una decisión a conciencia que por solo atender los consejos, de otros, tan imperfectos como nosotros.

24 de julio de 2012

¡Que maldita costumbre!


Por momentos la vida me va sumergiendo en su cotidianidad con la firme intensión de ahogarme y llevarme al “más allá”, el cuál no termina siendo sino el “más acá”. Y entre más acá estoy, la desesperanza comienza a corroer mis sueños.

Vivir en una ciudad en la cual la polución, el ruido, las largas distancias, el frio, la lluvia, la inseguridad y la indiferencia cohabitan en perfecta armonía, me lleva a abandonar la idea de un ideal.

Seguramente por el hecho de despertarme todos los días en una ciudad que no me permite ver el horizonte, por estar cercada entre montañas que deambulan de la opulencia a la miseria, y por construcciones de grandes arquitectos y miserables maestros de obra es que no logro creer en que los sueños se pueden materializar.

Tampoco creo que sea la ciudad de la desesperanza, creo que es la ciudad de la indiferencia, en donde alguien desde un apartamento de cuatrocientos metros en el piso diez de un edificio clavado en la montaña puede sentir el mundo a sus pies. Mientras que a unos cuantos metros otro habitante de esa misma montaña se siente clavado a una cruz,  al ver a su hijo moribundo desplomarse a sus pies, y al mirar hacia abajo ve esa misma ciudad, la que otro siente tener sus pies, pero con una perspectiva diferente, la ve llena de gente afortunada, de edificios y de carros llenos de seres que no tienen porqué temer, de personas que no corren el riesgo de acostarse sin comer y para las cuales la idea de que montar en un Transmilenio es un castigo, cuando en realidad es un privilegio de los que pudieron optar por tomarlo y no tuvieron que escoger por caminar y comer.

Es triste que no podamos entender que, a pesar de que la veamos como una ciudad de mierda, la ciudad somos nosotros, vosotros y ellos, y no solo usted, el y yo.

Justo cuando quiero quejarme encuentro mil razones para agradecerle a la vida su generosidad y me lleno de ganas de seguir soñando en eso que –no se que tanto- anhelo, pero que si soy objetivo, debo confesar que puedo vivir bien, mientras tanto.

7 de julio de 2012

Azcárate, un sueño hecho realidad.


Muy pocas personas suelen producirme un fastidio como el que me produce Alejandra Azcárate, siempre soñé con el momento en que esa guisa sacara su esencia y dejara ver lo ordinaria e ignorante que es.



Creo que parte de la “buena educación” consiste en guardar silencio cuando no hay nada bueno que decir, pero en este momento la Azcárate me obliga a hacer un excepción y la hago con verdadero gusto.

Este personajillo es el ejemplo claro de que en Colombia el mal gusto está ganando el proceso de colonización.  Ella es un ícono nacional del mal gusto y falta de clase, es tan ignorante que ni siquiera se da cuenta que la llevan de jurado a un reality solo para que los más ignorantes, los “indiasos” de este país se siente representados y no vayan a decir que hay clasismo.

Le encanta que digan es que La Azcárate no tiene pelos en la lengua, igual que no tiene pelos en la lengua Chavéz o Amparo Grisales, que aspiración la de algunos, llegar a ser un ordinario, ignorante y bocón.

Burlarse de las gordas, de los enanos, de los negros, de las mujeres o de los homosexuales es lo mismo y a demás burlarse sin inteligencia sino con el mal gusto y la intención de un desadaptado escolar, es patético, hoy en el mundo hay campañas contra el mantoneo estudiantil y ella escribe algo que no es digno de nadie, salvo sirve como ejemplo de lo que no se debe hacer y de lo que define el matoneo.

Realmente ella no es una humorista porque no produce risa sino rabia, no es actriz porque los papelones que hace se representa a ella y no es digna de llamarse mujer porque denigra de su propio genero.

Lamentablemente la seguiremos viendo haciendo sus estupideces como lo hizo en  Colombia Tiene Talento en donde hizo famosa a Marisol Sandoval, con el único propósito de burlarse, lanzándole frases como “No tienes ni idea de lo que estás haciendo, no tienes ritmo, eres descoordinada, estás atrofiada, estas más tostada que yo” pero como el que es ordinario piensa que tiene todo el derecho de atropellar pero que nadie se meta con ellos, el día que Marisol le contestó de forma poco cortés invitándola a imitarla “para ver si es tan dura”, doña guisa ASCOrate se indigno, diciendo una estupidez digna de ella “yo que he sido la que  más te he defendido”, si decirle a alguien atrofiada es defender, que no me defiendan por favor.

Que triste que la gente talentosa con ideas inteligentes no tengan un espacio para mostrar su arte y que la ordinariez esté ganando cada vez más espacios en este país. 


2 de julio de 2012

Hay que serle infiel a la soledad


Yo siempre he sido muy reacio a contar historias personales, claro está que todo lo que  escribo es el resultado mis propias vivencias -sin duda este fue un comentario obvio y por ende bobo- sin embargo lo que quiero es dejar expreso que me cuesta mucho sacar esa quinceañera que llevo dentro para comenzar a escribir mi diario.

Grupo Monguí
El Grupo de Ballet
Pero hoy voy a hacer una excepción y de manera general voy a contar, sin detalles, cómo descubrí el agua tibia.

Realmente a diario vivo sin prejuicios y a la gente con que trabajo trato de venderles la idea de la importancia de ser uno, más allá del entorno, siempre teniendo en cuenta no vulnerar los derechos de los demás y en lo posible tratar de no llamar la atención con formas singulares.

Las formas llamativas, por lo general, se roban toda la atención y no dejan ver fondos interesantes. Por alguna extraña razón los seres humanos nos dejamos llevar por lo estético,  por lo que conocemos y lo diferente por muy bueno que sea no lo logramos descifrar con facilidad, fundamentalmente, porque no tenemos puntos de comparación y porque “gozamos” de un criterio perezoso.

Pensar en que es mejor mantener un bajo perfil hace que uno comience a volverse introvertido porque no es fácil identificar las propias particularidades. Y esto no deja de ser un riesgo  por lo fácil que resulta enamorarse perdidamente de la soledad que sin duda es una inmejorable compañera pero que a la larga su aporte es mínimo si no hay que compartir con ella, cuando ella lo es todo.

Bueno y aunque no es fácil encontrar con quién serle infiel a la soledad, no es imposible, muchos entusiastas enamorados del amor buscan la pareja ideal para compartir la vida y vivir junticos, algunos como yo, no vemos esto como una alternativa.

Quiero ser claro que no es que esté en desacuerdo con el matrimonio, ni que crea que los matrimonios no pueden durar toda la vida, no sé si se puedan amar toda la vida pero de que pueden convivir, pueden hacerlo.

Aunque me estoy desviando un poco del tema creo que es justo -con usted lector- dejar claro mi punto de vista,  lo cierto es que creo que el matrimonio no es natural, creo que no resulta ser más que un método invasivo que vulnera el desarrollo de la libre personalidad y la privacidad.

Salir a hacer mercado los días  1, 15, 16, 30 o 31 del mes debería estar prohibido así no haya nada en la nevera,  así como debería ser opcional asistir a los eventos familiares del cónyuge, porque a los propios creo que nadie tiene obligación alguna, pero sin lugar a dudas debería estar totalmente prohibido repetir preguntas de forma insistente en periodos menores a cinco minutos,  cuando la respuesta inicial ha sido “nada”, estas preguntas a las que me refiero son:  “¿qué tienes?”, “¿te pasa algo?”, “¿hice algo?”, “¿tienes rabia?”, “¿por qué estás tan callado?” pero la peor de todas, la más descabellada e invasiva es “¿qué piensas?”  porque a esa pregunta solo dan ganas de contestar “si supieras lo que pienso nunca te habrías metido conmigo”.

Por todo esto es que pienso que uno debe convivir por períodos no mayores a cinco días y hasta treinta días con algunas excepciones como pueden ser los viajes, solo para aquellos que están seguros que pueden viajar juntos y al mismo tiempo disfrutar.

El tema de este post no era el matrimonio era simplemente un comentario sobre la importancia de ser le infiel a la soledad y aunque no es fácil encontrar con quién compartir momentos, siempre es importante tomar acción y decidirse a hacer cosas que le apasionen seguramente en ese momento encontrará personas con gustos a fines y se dará cuenta de que realmente no es tan particular como cree.

Yo finalmente cumplí mi sueño y me veo divino con malla y trusa practicando danza contemporánea, sobretodo porque nunca me había podido ver en un espejo con una prenda de vestir que me apretara y dejara ver de forma majestuosa, mi linda y protuberante barriga, bueno y las zapatillitas son una maravilla lo único doloroso fue tenerme que cortar las uñas de los pies después de un año de estar dejándomelas crecer pero no hay nada más maravilloso que lo que siento cuando me pongo mi linda balaca rosada.

Y bueno algún día seré un verdadero ¡PROTAGONISTA DE NUESTRA TELE!