28 de julio de 2013

La decisión que le dio solución a mis problemas


Hace unos días me encontré con el siguiente tuit “Ser inteligente no es saber más que los demás, ser inteligente es saber pensar” y más allá de ser una frase fácil de entender es absolutamente abstracta. ¿Qué significa saber pensar?, ¿qué es saber más que los demás? Es común confundir la ignorancia con falta de inteligencia cuando es claro que nada tiene que ver una cosa con la otra.

Pero sin duda, la disertación permanente sobre la inteligencia demuestra que es algo que preocupa al mundo y de ahí que tanto se esté juzgando la educación actual y de la cual hemos sido víctimas. Una educación basada en la memorización y un mundo que pondera la dedicación a la academia como un valor ¿qué valor tiene repetir? ¡claro que es necesario instruirse! Pero para eso están los libros, para eso está el internet para eso está el mundo.

Púlpito

Sin duda la información es clave pero mucho más clave es saber que hacer con ella, y eso, no lo enseña nadie. Es increíble escuchar las mismas respuestas vacías a planteamientos complejos, cómo por ejemplo cuando se cuestiona el problema de la movilidad de Bogotá -la respuesta inmediata es- qué el alcalde no sirve para un culo. Y estoy seguro de que esas personas no saben que vendrán mil alcaldes más y no lo van a resolver sin inversión. Pero ¿inversión en qué? –sale de la nada el otro comentario del sabio muckusiano- a decir en “cultura ciudadana” respuestas idiotas como esas son el ejemplo de la falta de capacidad de entender la realidad, esto lo tomo como un simple ejemplo, porque si me preguntan a mi no tengo ni idea cual será la solución, pero por lo menos acepto mi incapacidad de opinar sobre algo tan complejo que sin duda está relacionado con el crecimiento de la población, de la concentración de vehículos en zonas de oficinas o empresariales, de la incapacidad de tener una vía que circunde la ciudad para mandar el trafico pesado, de la pobre infraestructura vial, con calles angostas sin espacio para bajar y subir pasajeros, del pobre sistema publico de transporte que apenas puede con los que no tienen carro ahora ¿cuál sería la catástrofe si subimos a los de los carros en los buses?, adicionalmente que el pico y placa ha estimulado el ingreso de más carros y el parque automotor cada vez es mayor y las calles las mismas entonces no resulta ser tampoco una solución de fondo el pico y placa, por lo tanto no puedo decir nada diferente a esto es un mierdero muy jodido de resolver.

Y utilice los párrafos anteriores como ejemplo de cómo veo yo el mundo y   para declarar mi inconformismo total con esa forma de ser, me aburrí de ser un maldito observador –sin acción- empeñado en querer entender la vida. Quiero renunciar a observar, quiero gritar que “¡DIOS EXISTE!” quiero que me perdone por haberlo ignorado tanto tiempo a pesar del sinnúmero de mensajes que me manda, quiero decirle que entendí que el hecho de que el motor del carro, misteriosamente, se haya destruido y me haya costado un ojo de la cara arreglarlo no era más que un mensaje divino, o que mi cuarto se haya inundado y me haya obligado cambiar todo el piso, cuando no tenía presupuesto para eso, es otro de esos mensajes que lo único que buscan es sensibilizarme ante su presencia. Qué haber tomado eso con ligereza y decir “menos mal nada peor pasó” no es la actitud, debo decir “Dios por qué te olvidas de mi”.

Quiero dejar de entender al mundo, quiero dejar de pensar en sus motivaciones, quiero ser un juez y señalarlos, decirles brutos, malos, ignorantes, animales, quiero dejar de dudar de cada cosa que pienso, quiero tener la razón y dejar de decir “quizá” ¡no más!, quiero decir “¿me entiendes?” me mamé de decir “¿no se si soy claro?” me decepcioné de la humildad socrática, me niego a entender la duda metódica, solo quiero un dogma para mi vida el cual defenderé con vehemencia y sin dudar de que el que no me acompaña, es mi enemigo.

Quiero declarar mi amor al prójimo, decir que dios es amor y odiar con pasión a los que se aman si son del mismo sexo, quiero dejar de leer columnas de Ricardo Silva Romero y de Héctor Abad Faciolince para leer a José Obdulio Gaviria y a Fernando Londoño quiero dejar de creer que se debe respetar la constitución y de estar convencido de la importancia de que este sea un país laico, que va, no más hipocresía este es un país que necesita a Dios con su orden y seguiré con fervor al procurado Ordoñez aprenderé latín y quemaré todos los libros del demonio que él me ordene.

Renunciaré al cochino sexo y al sexo en general, seré célibe, y si un día encuentro a la mujer de mi vida solo la tocaré, en el punto necesario, con fines procreativos, le abriré un huequito a una sabana blanca con una perforadora convencional, espacio suficiente para permitir pasar mi sexo a ella mientras rezaré “no es por vicio, ni por fornicio, sino para darte un hijo a tu servicio”. Juzgaré a todos aquellos que creen que el sexo es una forma de expresar amor o un delicioso placer de la carne. No, el sexo solo es para procrear, lucharé para que la gente no use condón porque las enfermedades venéreas se previenen con la abstinencia.

Se acabó mi maldita costumbre de observar y querer entender al mundo, obraré en consecuencia y utilizaré las redes sociales para mostrar mi nuevo estilo de vida, opulente, esnobista, hermoso, lleno de amor y cosas perfectas, comenzaré a comer comida sofisticada y cada plato lo compartiré, sin dudarlo un segundo, en Instragram, claro que no con los pobres porque ellos no lo sabrán apreciar. Viajaré por el mundo y publicaré mis fotos en Facebook para que vean que el progreso viene de la mano de Dios y les mostrare cada cosa que compre agradeciendo ese regalo bendito.

Despotricaré de Santos y de su estúpida idea de hacer la paz. Las cruzadas, la inquisición y la violencia conservadora me ha enseñado que hay que matar al que no piense igual, vamos a mandarlos a la hoguera, plomo hijuemadre para todos, que perdón y olvido, necesitamos matar a todos esos campesinos colombianos, ignorantes que sin ninguna otra posibilidad para sobrevivir se alistaron en la guerrilla. Muerte y sangre es lo que necesitamos promover, ¿paz? ¿para qué? Esa llegará cuando descansen en “paz” todos los guerrilleros en fosas comunes y en campos santos.

Definitivamente me siento mejor, que lindo es el amor de Dios, este odio por los gays, por la paz, por los que piensan diferente, por el sexo impúdico, por el desvalido, me llena de energía, dejaré de sufrir este país y me dedicaré a juzgar a Petro por comunista, a Santos por pacifista, a los gays por maricas, a las putas por alegres, a los condones por grandes, a las pastillas anticonceptivas por alcahuetas, a los que piensan por su falta de fe, a los artistas por sinvergüenzas, a los testigos de Jehová porque son comprados por la fiscalía, a los judíos por inventarse lo del holocausto (eso es lo que nos enseña el procurador), a los gamines porque piden limosna y eso es irrespetar el monopolio de la iglesia y el que no esté de acuerdo ojalá no tenga un puesto publico porque le cae la procuraduría.

Gracias mi Dios me siento tan bien.