Hoy siento una paz indescriptible, los gritos y carcajadas no interrumpen mi trabajo, las contemplo jugar en la sala desde el segundo piso, pero a diferencia de otros días, sus gritos no me irritan, me producen dolor, no hay risas, y trato de escuchar lo que mi esposa le susurra a nuestra hija, salen de su boca unas palabras de consuelo con voz entre cortada, diciendo “mi amor, no llores, papá, nos cuida desde el cielo”. Y fue hoy, cuando por primera vez no las vi con mis ojos sino con lo que quedó, después del funeral.
Un texto de esos cortos que dicen mucho.
ResponderEliminarmi pregunta en este caso es ¿qué queda después del funeral?