No creo que haya mucho más que escribir porque todo está en este video
10 de septiembre de 2016
21 de febrero de 2016
Periodistas. Ya no más por favor.
Hoy quisiera reflexionar sobre la objetividad periodística, nunca he pretendido ser un periodista o un escritor porque creo que sería absurdo considerarlo pues desconocería toda la preparación y talento que se necesita par serlo. Lo único cierto es que si hubiera sido periodista, seguro no hubiera sido reconocido porque para mi los más reconocidos, no reflejan lo que considero debe ser un periodista.
Creo que un periodista debería mantener la compostura y la objetividad, debe ser respetuoso, indagar pero no juzgar, preguntar con inteligencia pero no con vehemencia simplemente debe ser un explorador en busca de las verdades y cuando las realidades no son concluyentes no debería emitir juicio alguno.
Hoy realmente con tristeza e indignación veo como el periodismo colombiano se convierte en una cuarta rama del poder publico, que remplaza al ejecutivo, al legislativo y al judicial, principalmente a este último. Están cubiertos con un manto de impunidad que quieren disfraza de libertad de prensa pero son la nueva inquisición acabando con la vida de los que a bien consideren herejes.
Solo se necesita escuchar en la mañana La WRadio para vivir de primera mano esta posición, Julio Sánchez, Camila Zuluaga y Félix De Bedout, con un tono antipático de dueños de la verdad increpan a sus invitados, sin vergüenza alguna, escuchar a los invitados diciendo “no ponga palabras en mi boca que no he dicho”, “por favor déjeme responder”, “no es lo que estoy diciendo”, etc., demuestran este talante de jueces injustos. Recurrir a al ordinariez se volvió popular y esto los llena de un poder barato que ofende al que espera informarse, ser uno de estos entrevistadores no es difícil, lo que con mayor frecuencia hacen son preguntas inocuas, fíjense que ante un error de un organismo publico –lo cual es permanente- la pregunta de estos genios del periodismo es “pero perdón ¿esto no lo debieron pensar antes?”, eso qué tipo de periodismo es, el de la estupidez aguda, pues claro que lo debió pensar antes y si lo hubiera pensado antes no sería un error y no habría entrevista.
En fin, lo anterior era solo un preámbulo para el tema realmente de fondo, esta semana pude ver como por un show mediático, que rápidamente analizaré, terminó un viceministro, un director de la Policía y una directora de una emisora radial sin trabajo. Pero el punto, no es ese, sin trabajo nos podemos quedar todos, lo increíble es la historia y el sinnúmero de análisis que salen de todo esto.
Primero, una investigación periodística buena que permite denuncia delitos, no es un salvoconducto para jugar con la dignidad humana y mucho menos para juzgar inocentes, digo inocentes porque hasta el momento de la denuncia no se ha demostrado lo contrario.
Es vergonzoso ver como una buena investigación sobre un Defensor del Pueblo, que es acusado de acoso laboral, termina en un espectáculo deprimente por la ligereza del mismo periodista que al empeñarse en destruirlo, termina favoreciéndolo. Es que a quién se le ocurre, que una persona que ha sabido ubicarse dentro de las más altas esferas del poder nacional con poco talento, sin muchos pergaminos y con una demostrada astucia pueda cometer un estupidez tan grande como es mandar una foto desnudo a una mujer para enamorarla, si fuera así de imbécil nunca hubiera podido llegar a los puesto que tuvo. Claramente alguna relación tenía y fue por confiado que se vio afectado, es decir, si se dejó utilizar. El punto es que se puso en duda todo, el muy posible acoso laboral sobre el cual había indicios y un muy poco probable acoso sexual por la torpeza que produce ese poder destructor que quieren ejercer los periodistas y ahí Coronell se equivocó.
Ahora la pregunta sería por qué a Coronell no le pasó nada por haber publicado la foto del adonis criollo empuñando su arma de seducción y a la pobre Dávila le tocó renunciar. Pues sencillo, el galán tribal por llamarlo de alguna forma, mandó el mismo la foto, fue su decisión tomársela y compartirla pero como la censuraron el protagonista no pudo argumentar ningún daño a su dignidad. Sin embargo, no deja de ser un acto igual de reprochable, esa foto no aportaba nada concluyente como no lo aportó el video de Dávila, igual una cabeza se llevó el señor periodista, un desempleado más, creo que el ministerio de trabajo debería revisar esos despidos masivos que produce el periodismo.
En el caso de Dávila quieren distraer la atención con cosas diferentes, una cosa es la investigación y denuncia hecha sobre las posibles irregularidades en la policía y otra muy diferente es publicar un video grabado ilegalmente en donde solo se puede concluir que un jovencito ganoso quería comerse a un doctor que es senador y que ese doctor fue debilitándose ante el ofrecimiento, inicialmente se ve como el doctor le dice que con calma el averigua en internet y cuadran lo del sitio pero el jovencito lo se dujo con el mismo método que utilizó el Personero Otálora empuñando su arma de seducción. Qué podíamos concluir al ver este video, que red de prostitución se pude demostrar con ese video, ninguna. Ese fue el error y lo peor sucedió después de la indignación de la mayoría de colombianos por la divulgación de este.
Comienza el segundo round y sale la entrevista de BluRadio con la esposa del viceministro del interior Ferro. Inmediatamente se viene la cadena de odios y análisis amañados, Artunduaga para dañar a Ferro sale y escribe que la esposa debió ser obligada a decir lo que dijo y que el matrimonio se le va a acabar porque el señor es homosexual, desconoce el periodista que las mujeres piensan y deciden, que cuando dicen que conocen a su marido es porque así es. Pero lo peor es que el señor Artunduaga siendo periodista no lee ni ve televisión, quizá le ayude a entender el sexo ver NatGeo, Home and Health, TLC, etc. en lugar de ver a escondidas y sin volumen Venus, Play Boy y Brazzers. Lo claro es que no tiene Netflix y nuca vio House of Cards si la hubiera visto y leyera un poco podría entender que el mundo ha cambiado en estos cien años, que las personas han comenzado a diferenciar el sexo de los afectos y que los acuerdos referente a esto hoy son posibles, quizá los Underwood le hubieran servido de referencia para evitar esas conclusiones facilistas y retrogradas.
Luego aparece el mismo patrón en otro periodista, en la entrevista de Coronell a Dávila sobre su renuncia. Así como Artunduaga concluyó que la señora de Ferro era una boba que se dejaba manipular, la señora Dávila concluyo que el Grupo Ardila Lülle (para con el cual solo le tiene agradecimiento) no tiene criterio ni pantalones. Ella no tiene la gallardía de reconocer que se equivocó en grande y que eso les costó el puesto, no, la señora Dávila cree que el problema fue su gran y maravillosa investigación en donde evidenció un despilfarro millonario en la Casa de Nariño por $12’000.000 el cual seguramente llamaría, pero no alcanzó, el cartel de las almendras. La señora cree que la echaron porque el presidente Santos teme que pueda tumbarlo con esas noticias tan importantes, lo de Reficar no es nada al lado de las almendras, es más le mandaron una cajita de almendras para que entendiera que estaban brandeadas y con una cajita bonita, es decir, explicarle con una prueba contundente que si valían esa platica pero como ella de valorar pruebas no sabe, fue difícil que entendiera el mensaje, lo interpretó como una amenaza de la Casa de Nariño.
Hasta mi admirado escritor Ricardo Silva Romero cometió el mismo error, tristemente cae uno de mis preferidos, este es el apague y vámonos, el talentoso novelista en su columna agradece irónicamente al Procurador pero cae, es tanto el fastidio que le produce el señor Ordoñez que trata de “excusar” a Dávila, la cual supone estaba nublada al momento de publicar el video. No, ella no estaba nublada ella estaba enceguecida pero Ordoñez no se aprovechó de la periodista, así como tampoco lo hizo Ferro de su esposa, ni Santos de los Ardila Lülle, ni Otálora de Cristancho.
Escribir siempre subestimando la inteligencia de los demás para hacer daño a quienes no queremos no es un buen ejemplo de periodismo y este mal periodismo impide que nos concentremos en los problemas de verdad. Se ha vuelto el periodismo una maldita inquisición donde los odios y las pasiones no dejan que los consumidores de esos contenidos podamos conocer los hechos y concluir sino que nos toca estar haciendo el esfuerzo de no contaminarnos.
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30 de agosto de 2015
Cuánto tiempo perdido.
Creo que esto de estar vivo trae una cierta nostalgia agobiante. Cuantos años perdidos. En el colegio, en la casa, con los amigos, en cada contacto, en cada instante, con cada interacción. Quién se habrá inventado este método irracional, por no decir estúpido, en donde todos debemos ser el vaciado de un maltrecho y ajado molde que seguramente fue hecho por un resentido y frustrado eunuco con voz chillona de barba rala que con fervor intentó castigarnos como venganza, como si fuera nuestra culpa sus desgracias, y no hablo del demiurgo, no, ese quizá lo hizo bien, lo veo más humano, como el artesano de la frustración eterna, ese mal nacido que interpretó el libre albedrío como la herramienta fácil de convencer a los incautos de que podían hacer, lo que se les viniera en gana, pero jamás explicó que esas acciones iban a estar reguladas por un ejercito de autómatas encargado de condenar el libre actuar.
Y quizá algún incauto piense que todo esto comenzó con el homo sapiens pero no. En la mitología griega encontramos a Dioniso ¿y que pasó con él?, y bueno, también hubo doctrinas filosóficas con el hedonismo 340 a.C. en donde, el placer era un fin y no un pecado, difícilmente comprensible para el mundo que nos rodea.
Yo si pienso que el gran problema nace justo con el pecado, este comenzó a incubar la doble moral, comenzó a regular los instintos y las pasiones, no desde la reflexión de la inconveniencia, cómo quizá si lo hizo Sócrates cuando hablaba de la libertad e invitaba a no ser esclavo de estas, sino desde el NO rotundo. “No desearás la mujer del prójimo” con una posición además de machista ilógica, primero porque en esencia la mujer como el hombre somos libres, nadie es propiedad de nadie, adicional el deseo no identifica estados civiles, solo por poner un ejemplo, una mujer libertina sale de fiesta se quita el anillo se emborracha, se sube a una mesa baila como una cabaretera y el grupo de beodos calenturientos que la rodean, la van a desear, como saben que hay un prójimo que parece un alce o que por el contrario lo estimula esta situación. Ahora las mujeres si tienen el derecho de desear el pájaro “ajeno”.
Digamos que el sexo y la sexualidad son los ejemplos más fáciles para evidenciar la estupidez en que vivimos, la historia de Larry Flynt es uno de esos ejemplos patéticos, dejar a un hombre postrado en una silla de ruedas sin poder tener sexo porque lo señalaban de inmoral pornógrafo y un fanático convencido de que iba a salvar a la humanidad de la perdición decidió asesinarlo. Mientras al mismo tiempo la pederastia era una realidad oculta en comunidades religiosas donde había miles de niños expuestos a cientos de vejámenes.
Somos una sociedad que juzga el sexo y la sexualidad mientras apoya las guerras y las agresiones físicas, la paz no nos gusta, el patriotismo lo llevamos en la sangre, queremos que haya muerte, hay que matar al que no piensa igual, así somos, las guerras no son nada más que la incapacidad de llegar a un acuerdo justo, pero no estamos preparados para eso, el molde con que nos hicieron viene diseñado para que saquemos ventaja, hablamos de tolerancia y quienes se dan puños nos parecen de quinta, bueno algunos todavía lo consideran una alternativa, pero la guerra no la vemos en esa misma justa dimensión, esa si la vemos viable porque no somos nosotros ni nuestros hijos los que se ven obligados a ir a morir. Los que ponen los muertos por lo general son esos seres que peyorativamente llamamos “los menos favorecidos”.
Pero es el mundo fácil, no se necesita mucho para ser exitoso, un buen empleo es suficiente para tener un carro grande, una familia grande y en consecuencia un ego grande. No se necesita más y ni siquiera nos fijamos como muchos de esos seres que tiene todo grande terminan teniendo un funeral a lo grande, lleno de amigos, que van sin entender como alguien exitoso se suicida.
Creo que el efecto es como el de una olla a presión y no pitadora, una olla dañada que no ablanda los frijoles sino que explota destruyendo la cocina. Cuántos no soportan el peso de tener que ser como otros quisieran que fueran y explotan, cuántos padres de familias perfectas y estables son homosexuales y ni siquiera son consientes de eso, ni siquiera lo han podido pensar a pesar de que todos les funciona bien menos el sexo; cuántos héroes de la patria quisieran ser parte de una compañía de ballet; cuántos ejecutivos de éxito quisieran dedicarse a tocar un instrumento o a pintar y les toca contestar correos donde solo expresan su desprecio por los demás porque su propia frustración de no poder hacer lo que aman, les impide ser gentiles con el mundo.
Cuánto tiempo perdido tratando de ser quienes no somos, pero nuca es tarde, el futuro se construye cada día y si bien es cierto no es fácil desaprender, tampoco es imposible, cuando nos importe poco o nada el resto de la humanidad y hagamos lo que se nos venga en gana, respetando al otro, ese día simplemente comienza a construirse una nueva realidad. Yo no estoy seguro de que tan reprimido estoy, los cierto es que mucho menos que hace quince años, menos que hace siete, menos que hace un año y realmente mucho menos que ayer.
Lo que no me parece justo es que por los primeros veinte años de malas enseñanzas uno se tenga que esforzarse el resto de la vida tratando de salvar el adefesio que salió de ese inmundo molde hecho por una infeliz que no tuvo los huevos suficientes para salvarnos de este martirio que por momento resulta de mirar a atrás y decir me faltó valor, quizá los que me conocieron en la niñez y adolescencia puedan decir que fui un rebelde pero la verdad no es así, nunca tuve al valor que necesitaba y hoy no es que lo tenga, solo que no lo necesito porque el miedo al sistema se fue, ahora la tarea es reflexionar sobre que tan contaminado sigo estando y creo que mucho, se que es un sistema que nos exprime y cuando salga la última gota vamos para la caneca.
8 de febrero de 2015
Por miedo, comodidad o por falta de disciplina
Hoy es domingo 8 de febrero de 2015, el jueves pasado fue día sin carro en Bogotá y vi con sorpresa como este ejercicio terminó siendo traumático para la gran mayoría y esto me llevó a preguntarme ¿por qué nos cuesta tanto trabajo hacer cosas diferentes?.
Vivimos esclavos del miedo y de la comodidad sin darnos cuenta de que entre menos nos arriesguemos y entre menos queramos incomodarnos vamos construyendo una mediocridad relativa. Digo relativa porque el resto del mundo puede no percibirla pero sin duda nosotros sabemos por donde estamos deambulando, somos los mismos niños ingenuos de primaria que esperábamos totalmente angustiados que los cuarenta y cinco minutos de clase pasaran y ocurriera el milagro aquel, ese que hacía que el profesor no se acordara de pedir la tarea, la que por costumbre nunca estaba hecha.
Y siguiendo con la analogía creo que el ejercicio es hacer la tarea y tenerla mejor hecha de lo que uno mismo creería que podría hacerla. Sin duda hay que olvidarse de la comodidad y del miedo, el ejemplo claro de que es un tema mental se ve en los propósitos de comienzo de año relacionados con bajar de peso, encontramos en Youtube casos de gordos y gordas mórbidas que con solo dieta y ejercicio bajaron mucho más de 100 kg. sin cirugías y ahora buscar como quitarse los kilos de piel que les quedó colgando. Es increíble que una decisión consecuentemente benéfica para la salud y que no requirió nada diferente a tener el valor de incomodarse se vuelva viral en internet y la repliquen medios de comunicación tradicionales. Esto no me lleva a concluir nada diferente a que la disciplina con todo lo que ella implica termina siendo una cualidad en vía de extinción y cualquier espécimen que la posea termina siendo exótico y digno de exposición pública. Solo pocos cumplen el propósito.
Quizá muchos podríamos dejar de usar carro y cambiarlo por la bicicleta trae sin duda más beneficios así como más incomodidades. Nos quitan el caparazón y nos sentimos frágiles y vulnerables, tal vez sea por eso, que cada vez más la gente privilegia las camionetas sobre los carros compactos, más allá del estatus, podrían estar generando una sensación de seguridad o “sobreprotección”. Pero lo cierto es que ponderamos mejor la comodidad que la salud y cuando hablan del sedentarismo nos convencemos de que no hay forma diferente para vencerlo que no sea pagando un gimnasio y eso ya es lo suficiente mente playpara decir “no he tenido tiempo de ir pero en eso estoy”.
El tema no es más que dejar la pereza, el miedo, la comodidad y luchar para construir una disciplina personal luego todos esos sueños, que no son más que tareas sin hacer, se van a ir cumpliendo.
La vieja de este video fue la que me trasnochó escribiendo esta babosada, finalmente, yo no soy más que un analista fracasado, esta señora es un ejemplo.
31 de diciembre de 2014
¿Por qué no disfruto la fiesta de año nuevo?
Un año que viene y otro que se va -dice la canción- nos educaron para que pensáramos que cada 31 de diciembre algo termina, como por arte de magia a las 11:59 p.m. sentimos la muerte del año viejo y 60 segundos después nos llenamos de emoción y de motivos para celebrar porque se le da inicio a un nuevo calendario el cual no es más que un pedazo de cartón regalado por alguna marca conocida, el cual, dependiendo del mercado objetivo, acompaña a los meses con futbolistas, ciclistas, paisajes, productos o en el mejor de los casos con hembras semidesnudas.
Pero ojala el año nuevo solo viniera con un cartón de 12 meses, pero no, trae algo más particular los agüeros que son lo más superfluo de la celebración, mientras la gente está llena de sentimientos unos de tristeza por haber tenido un mal año y otros de felicidad por sus logros, los agüeros son totalmente materialistas darle la vuelta a la manzana con maletas para tener viajes, champaña, dólares, lentejas y muchas otras cositas como el cucosuerteamarillo son los puentes que van al final del arco iris donde hay un tesoro que solo tiene fajos de billetes.
Luego de los deseos vienen los propósitos y estos son bajar de peso (sin hacer ejercicio preferiblemente), lograr un asenso en el trabajo (sin hacer cosas extraordinarias preferiblemente), lograr graduarse de un posgrado (sin estudiar preferiblemente) y así son todos, lograr cosas sin esfuerzo gracias a un mantra súper poderoso “este año si”.
Yo creo que la navidad y el fin de año con lo que implican son una muestra de cómo nos educaron, en 15 días nos volvemos bondadosos, lucimos hermosos alrededor de un árbol todos en familia, los hombres infieles se vuelven fieles, las mujeres hipócritas se vuelven honestas, los malos hijos se vuelven considerados y los hermanos díscolos encuentran un motivo para reconciliarse con el mundo… solo mientras se emborrachan y acaban sacando a florecer lo que son.
Las redes sociales se convierten en la vitrina de la felicidad y me parece muy chévere, dejan descansar a Santos a Uribe, a Petro y sus mamás (las de ellos), todo es amor, todo es alegría, nada funciona mal y es ahí cuando entiendo lo que significa la magia de la navidad.
Me gustaría verlo así, lograr pedir deseos y tener propósitos tan materiales como plata, viajes, grados, belleza, etc.. Algo que si me llama la atención es que de enero a noviembre los muros de Facebook tiene solo tres temáticas la primera y más común el odio una crítica destructiva a los políticos, a las otras religiones o a la cultura ajena; el segundo tema es el amor al estilo Cohelo la lógica fácil del éxito a partir del amor al sacrificio y por último Hollywood Stars fiestas, viajes y cosas expuestas con el mejor filtro de Instagram.
Teniendo en cuenta estás tres temáticas, creería yo que los mejores deseos y propósitos deberían estar enfocados a la tolerancia, inteligencia, criterio, mente abierta, amor sincero, generosidad, compasión y demás buenos sentimientos así se construye un mejor mundo, ese mundo que sueñan y que quieren pero que no se consigue a través del juicio nocivo y de los logros materiales.
Por mi lado seguiré sufriendo mi fin de año como de costumbre, haciendo la reflexión de por qué hago propósitos tan jodidos de cumplir, cuando es más fácil montarse en el bus de los logros materiales que si se cumplen me convierten en un hombre exitoso y si no entonces puedo decir “la plata no lo es todo”, “si no lo logré es por algo, el tiempo de Dios es perfecto” y listo también es fácil decir “No se gana pero se goza” y mientras tanto puedo seguir atropellando con mi arrogancia.
Feliz año a todos y ojalá pidan un deseo adicional, ser mejores seres humanos, claro que en la revista TV y Novelas no salen las 10 cualidades de los mejores seres humanos pero no es tan difícil de deducirlos.
7 de junio de 2014
Victima de su propio invento
Hace cuatro años en la elección de presidente entre Mockus y Santos, el partido del actual presidente se inventó cosas como decir que “En manos de Mockus este país caería en la anarquía” algo descabellado, si lo analizamos a la luz de las decisiones que como alcalde tomó, por ejemplo frente a los taxistas o la determinación de la hora zanahoria era claro que estaríamos más en manos de un autoritario que de un pelele.
Haber dicho que Mockus por su salud deteriorada al comunicar que tenía parkinson no podría ser presidente, fue por decir lo menos bajo, pero hoy Santos sufre de incontinencia y es víctima de lo mismo que utilizó él contra su contendor. Su campaña dijo que Mockus iba a combatir la guerrilla con flores y hoy las flores se las da él a la guerrilla e igual que con su excontendor hoy su mentor lo señala de débil.
Mintieron, mintieron y mintieron para destruir cualquier posibilidad de éxito de Mockus, hoy está siendo víctima de su propio invento y debe estar sufriendo el peso de saber que a quién le hizo la guerra sucia, es quien le está dando una mano con lo que eso significa, darle un estatus de decente que por su pasado no se si se lo merezca del todo.
Hoy decidí eliminar a los fanáticos de Facebook, los que insultan, mienten, descontextualizan y no trabajan por estar instigando, cuando no se dan cuenta que su único poder se limita a un voto... no va más allá, por mucho que ofendan no logran nada, los ataques generan rechazo y la guerra no es más que eso, dos personas luchando a las malas por destruir al otro y no por aportar elementos a la discusión y defender con argumentos sus posiciones.
No es justo seguir leyendo a quién se encarga de lanzar insultos a otros que nada dicen, quienes quieren ofender por el simple hecho de que algunos no compartimos la injusticia, la mentira y el mal gusto, lo único cierto es que si son dignos representantes de su mesías.
Siempre creí que eliminar contactos del Facebook porque no compartía sus posiciones u opiniones era como cuando el fanático Ordoñez quemó unos libros porque no compartía las ideas que ahí estaban expuestas y claramente a lo que menos me quiero llegar a parecer es a ese personajillo retrógrado, incoherente y hostil. Pero después de mucho reflexionar me di cuenta que la comparación era equivocada lo que yo hice fue más bien impedir que un grupo de gamines siguiera limpiandose los mocos con las cortinas de mi casa.
Así que finalizo diciendo solamente ¡chao fanáticos! vayan a destilar su odio a otro lado.
20 de abril de 2014
Cuando estaba a punto de rendirme
La reciente muerte de Gabriel García Márquez así como los largos pasos que el Papa Francisco a dado para tratar de sacar del abismo en el que, sus antecesores, dejaron a la iglesia católica me llevaron a hacer una reflexión básica y elemental pero para mi valida y es que en realidad si vale la pena no imitar y seguir haciendo el esfuerzo de pensar y tratar, en lo posible, de actuar en consecuencia.
Todos hablan de la vida de García Márquez desconociendo que cuando lo hacen no se refieren a nada diferente que a su obra y al orgullo nacionalista de tener un Nobel en la familia. Esto sucede porque para la gran mayoría de personas el ser humano es poco importante, el que sufre y disfruta; ríe y llora; acierta y como buen mortal se equivoca, es para pocos merecedor de ser conocido pero sobre todo menos digno de ser entendido.
Yo poco leí de su obra y cuando lo comencé a hacer, me inicié con sus cuentos y luego las novelas, no llegaba a los catorce años cuando decidí no leerlo más. Su realismo mágico más allá de transportarme me envolvía, de tal forma que Los Funerales de la Mamá Grande no los pude soportar y terminé ahí. Leí, discutí hasta el punto de haber sido tratado como imbécil por un macabro jesuita que me invitó a entender un poco más de la obra, se refería a La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada, mientras yo debatía sobre la prostitución él me explicaba que si hubiera conocido las circunstancias bajo las cuales el autor la escribió quizá hubiera podido entender la metáfora de cómo históricamente hemos sido un pueblo explotado.
Y fue justo en ese momento en el cual que decidí conocer un poco más al hombre desde su ser que como escritor y periodista. Es increíble la cantidad de información que había en los noventa sobre la vida del nobel. Lo que para algunos pudo haber sido contradictorio para mi fueron enseñanzas. Su cercanía con Fidel Castro era reprochable en cuanto a que estamos hablando de un tirano dictador, sin embargo esa cercanía también ayudo a que unos cuantos fueran indultados por la dictadura (seguro es un paño de agua tibia) así como también le sirvió a Márquez como referencia de un mundo real lejano de lo convencional. Pero así como Clinton lo entendió, yo lo entendí, algo que necesariamente nos invita a alejarnos del juicio y adentrarnos en el ser humano.
Esa vida que lo llevó por le mundo con muchas necesidades en un principio, esas posturas que pusieron en riesgo su vida, esa obsesión por hacer las cosas bien y sobre todo el hambre de entender al mundo son las cosas que me quedan. A otros les deja su obro literaria y la posibilidad de construir un universo de estadísticas para posar de intelectuales porque ahora todos han leído no se cuantos cuentos, novelas y ensayos, bien por ellos aunque no sepan quién fue el hombre detrás de esas letras.
Lo juzgaron de prepotente y vanidoso pero no de valiente, arriesgado y disciplinado. Cuántos de esos jueces serán capaces de escribir un libro como Cien Años de Soledad, haberlo hecho ya fue magistral pero haberlo hecho bajo las circunstancias de vida en que lo hizo es un acto por lo menos genial. Con seguridad no faltó el godo fracasado que en su momento lo tildó de irresponsable, perezoso y folclórico por fortuna eran otras épocas donde el talento pesaba más que las distinciones académicas porque en la práctica él no era más que un bachiller que seguramente no hubiera tenido cabida, como reportero, en una empresa del Grupo Aval.
Cuando acababan de dar los detalles de la muerte de García Márquez y un recuento de su vida en el noticiero pasaron un especial de Jorge Mario Bergoglio. Y fue en ese instante cuando se terminó el documental, justo cuando estaba a punto de rendirme, que me di cuenta de que ser uno tiene más valor que tratar de ser uno más del montón.
En el pasado antes de ser Papa, Bergoglio fue señalado de ser tibio frente a la dictadura, mientras en silencio cometía ilícitos para salvar vidas, eso tiene un valor que un católico corriente no entiende y es que la vida prima sobre cualquier otra consideración. Acá en Colombia estamos llenos de católicos que aman la guerra y no quieren la paz, lo que hizo el actual Papa no estuvo bien ante la ley pero ante los ojos de su dios hizo lo que estaba bien hecho.
Pasó incomodidades por su vocación de misionero así su salud le hubiera impedido serlo actuó como su corazón se lo indicaba. Hizo en su país las misiones sin temor y con caridad, enseñó de una forma fácil hasta siendo impreciso para no crear confusiones. Lo escuche decir algo como “Jesús salía a buscar la gente que no era como él, Jesús no buscaba católicos” sin duda, contarlo así, es mejor que enseñar las mil y una prohibiciones de la iglesia y enseñar a como discriminar, es enseñar realmente lo bueno que tiene el catolicismo porque a pesar de mi agnosticismo creo que el mensaje de Jesús tiene cosas realmente valiosas y ese “con la misma vara que midas, serás medido” es cristiano así los católicos más ortodoxos lo olviden y hagan todo lo contrario que no es más que juzgar todo lo que no es como ellos.
Bergoglio logra reunir esos valores que nunca habían caracterizado a la iglesia y abre las puertas a todos los que no son católicos a todos los rechazados por siglos, eso si es renovación. Y digo “eso si” es porque la iglesia dicen que se renovó, hablan del Concilio Vaticano II y quise entender un poco pero la verdad no vale la pena leer algo tan contradictorio. Hablan de una renovación hecha hace más de cuarenta años, es como un chiste, nada que tenga más de cuarenta años puede ser nuevo. No había internet, ni celulares, ni TV satelital, ni formatos digitales multimedia, no existía el concepto de almacenamiento de datos y mucho menos de movilidad o de redes sociales. Cómo pensar que una institución desligada de los avances tecnológicos y desligada del cambio social puede llamarse así misma como renovada. La tecnología avanzó, las familias evolucionaron a nuevas formas, el sexo y la sexualidad navegan en un universo de diversas posibilidades; el mantenerse ajeno a eso no es posible que lo llamen “renovación”.
Creo que a Márquez como a Bergoglio los caracteriza algo más que el genero, los caracteriza la capacidad de hacer las cosas diferentes y afrontar el riesgo que esto implica, el ser diferente o el ser particular no puede ser de ninguna forma visto como un defecto, es el camino más difícil pero es el que lleva a nuevos lugares por descubrir son la versión “recargada” de los expedicionarios de los nuevos mundos.
22 de marzo de 2014
Diario de una quinceañera
Hoy estaba pensando en las notas y miles de apuntes que dejan los famosos y que luego de su muerte son subastados por millones de dólares. Finalmente esas ideas o reflexiones filosófica no son, ni más ni menos, que los mismo pensamientos románticos de cualquier quinceañera enamorada ajustados a realidades diferentes.
Yo desde que tengo uso de razón he tenido la costumbre de escribir lo que pienso con la idea idiota de no defraudarme en el futuro. Nunca he querido olvidarme de mi pasado ni de quién soy y mucho menos de lo que en silencio sufrí, quizá suena exagerado pero la mente de un niño tiene la capacidad de construir sus propias realidades las cuales a pesar de no ser objetivas causan su propio dolor.
Parte de ese esfuerzo es el que hoy me permite ser un papá comprensivo y amoroso más que uno disciplinado y formador por lo menos en ese sentido siento que voy logrando mi propósito de niño, saber que más allá de los logros académicos que en el reporte escriben de mi hija, lo más importante es cuando señalan que es una niña tranquila, sin conflictos, colaboradora y que está feliz todo el tiempo, eso es más que suficiente, no quiero que sea la mejor, solo quiero que sea feliz.
No se trata de inventarse un mundo ideal solo se trata de no inventarse reglas innecesarias, las tareas no se hacen apenas se llega del colegio, ni a las siete de la noche, las tareas se hacen en el momento en que uno quiera hacerlas el cual debe ser antes del momento de tener que presentarlas, la responsabilidad es hacer las cosas bien y cumplir con el compromiso de entrega pero el cuando cada quién lo define, así como comer, ese momento es junto cuando uno tiene hambre no a las seis de la tarde, el organismo solo pide y se regula sin necesidad de una regla inflexible.
Felicidad es no tener que pelear para que los hijos coman o para que hagan las tareas, solo hay que enseñarles la responsabilidad que deben tener con su salud y el compromiso con su formación intelectual, las tareas no son una obligación son medios para cumplir un propósito que les permitirá ser mejores personas, el valor del conocimiento y del análisis es crucial para poder construir canales de comunicación lógicos, así las cosas todo se hacer por una razón y nunca por obligación, los niños desde que nacen tienen la posibilidad de decidir.
Pero días como hoy quisiera tener más certeza que incertidumbre sobre lo que la vida es o puede llegar a ser. Quisiera retroceder veinte años y volver a ese momento mágico y surrealista donde creía que veinte años eran suficientes para llegar a ser rico y jubilarme siendo un adulto joven para no tener que hacer nada más, de alguna forma se extasiaba la idea.
Sin temor a equivocarme puedo afirmar que ese fue el gran error, que hoy no quiero que mi hija cometa, el propósito de vida no puede ser rico y creer que lo mejor es no tener que hacer nada. El propósito de la vida es ser feliz y hacer lo que a uno le gusta. Sufrir cuarenta años o más para lograr una jubilación tampoco debería ser un propósito de vida, gastarse la pensión en enfermeras y tanques de oxigeno no debería ser un aliciente para trabajar cada día con más ganas.
Lo cierto es que quince años de errores mentales no se revienten con cinco de reconsideraciones pero por lo menos dan una relativa tranquilidad diaria, a pesar de lo incierto que es el camino, algo que no cambiaría por volver a tener la certeza de lo que nunca va a llegar a ser por cerca que por momentos piensa uno estar del anhelado retiro. Hoy solo se, que lo más seguro que tengo, es la obligación de trabajar duro si quiero tener mi pensión, lo que me falta no es mucho, solo algo más de un cuarto de siglo.
Esperen el próximo avance en un década.
Yo desde que tengo uso de razón he tenido la costumbre de escribir lo que pienso con la idea idiota de no defraudarme en el futuro. Nunca he querido olvidarme de mi pasado ni de quién soy y mucho menos de lo que en silencio sufrí, quizá suena exagerado pero la mente de un niño tiene la capacidad de construir sus propias realidades las cuales a pesar de no ser objetivas causan su propio dolor.
Parte de ese esfuerzo es el que hoy me permite ser un papá comprensivo y amoroso más que uno disciplinado y formador por lo menos en ese sentido siento que voy logrando mi propósito de niño, saber que más allá de los logros académicos que en el reporte escriben de mi hija, lo más importante es cuando señalan que es una niña tranquila, sin conflictos, colaboradora y que está feliz todo el tiempo, eso es más que suficiente, no quiero que sea la mejor, solo quiero que sea feliz.
No se trata de inventarse un mundo ideal solo se trata de no inventarse reglas innecesarias, las tareas no se hacen apenas se llega del colegio, ni a las siete de la noche, las tareas se hacen en el momento en que uno quiera hacerlas el cual debe ser antes del momento de tener que presentarlas, la responsabilidad es hacer las cosas bien y cumplir con el compromiso de entrega pero el cuando cada quién lo define, así como comer, ese momento es junto cuando uno tiene hambre no a las seis de la tarde, el organismo solo pide y se regula sin necesidad de una regla inflexible.
Felicidad es no tener que pelear para que los hijos coman o para que hagan las tareas, solo hay que enseñarles la responsabilidad que deben tener con su salud y el compromiso con su formación intelectual, las tareas no son una obligación son medios para cumplir un propósito que les permitirá ser mejores personas, el valor del conocimiento y del análisis es crucial para poder construir canales de comunicación lógicos, así las cosas todo se hacer por una razón y nunca por obligación, los niños desde que nacen tienen la posibilidad de decidir.
Pero días como hoy quisiera tener más certeza que incertidumbre sobre lo que la vida es o puede llegar a ser. Quisiera retroceder veinte años y volver a ese momento mágico y surrealista donde creía que veinte años eran suficientes para llegar a ser rico y jubilarme siendo un adulto joven para no tener que hacer nada más, de alguna forma se extasiaba la idea.
Sin temor a equivocarme puedo afirmar que ese fue el gran error, que hoy no quiero que mi hija cometa, el propósito de vida no puede ser rico y creer que lo mejor es no tener que hacer nada. El propósito de la vida es ser feliz y hacer lo que a uno le gusta. Sufrir cuarenta años o más para lograr una jubilación tampoco debería ser un propósito de vida, gastarse la pensión en enfermeras y tanques de oxigeno no debería ser un aliciente para trabajar cada día con más ganas.
Lo cierto es que quince años de errores mentales no se revienten con cinco de reconsideraciones pero por lo menos dan una relativa tranquilidad diaria, a pesar de lo incierto que es el camino, algo que no cambiaría por volver a tener la certeza de lo que nunca va a llegar a ser por cerca que por momentos piensa uno estar del anhelado retiro. Hoy solo se, que lo más seguro que tengo, es la obligación de trabajar duro si quiero tener mi pensión, lo que me falta no es mucho, solo algo más de un cuarto de siglo.
Esperen el próximo avance en un década.
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