Hace cuatro años en la elección de presidente entre Mockus y Santos, el partido del actual presidente se inventó cosas como decir que “En manos de Mockus este país caería en la anarquía” algo descabellado, si lo analizamos a la luz de las decisiones que como alcalde tomó, por ejemplo frente a los taxistas o la determinación de la hora zanahoria era claro que estaríamos más en manos de un autoritario que de un pelele.
Haber dicho que Mockus por su salud deteriorada al comunicar que tenía parkinson no podría ser presidente, fue por decir lo menos bajo, pero hoy Santos sufre de incontinencia y es víctima de lo mismo que utilizó él contra su contendor. Su campaña dijo que Mockus iba a combatir la guerrilla con flores y hoy las flores se las da él a la guerrilla e igual que con su excontendor hoy su mentor lo señala de débil.
Mintieron, mintieron y mintieron para destruir cualquier posibilidad de éxito de Mockus, hoy está siendo víctima de su propio invento y debe estar sufriendo el peso de saber que a quién le hizo la guerra sucia, es quien le está dando una mano con lo que eso significa, darle un estatus de decente que por su pasado no se si se lo merezca del todo.
Hoy decidí eliminar a los fanáticos de Facebook, los que insultan, mienten, descontextualizan y no trabajan por estar instigando, cuando no se dan cuenta que su único poder se limita a un voto... no va más allá, por mucho que ofendan no logran nada, los ataques generan rechazo y la guerra no es más que eso, dos personas luchando a las malas por destruir al otro y no por aportar elementos a la discusión y defender con argumentos sus posiciones.
No es justo seguir leyendo a quién se encarga de lanzar insultos a otros que nada dicen, quienes quieren ofender por el simple hecho de que algunos no compartimos la injusticia, la mentira y el mal gusto, lo único cierto es que si son dignos representantes de su mesías.
Siempre creí que eliminar contactos del Facebook porque no compartía sus posiciones u opiniones era como cuando el fanático Ordoñez quemó unos libros porque no compartía las ideas que ahí estaban expuestas y claramente a lo que menos me quiero llegar a parecer es a ese personajillo retrógrado, incoherente y hostil. Pero después de mucho reflexionar me di cuenta que la comparación era equivocada lo que yo hice fue más bien impedir que un grupo de gamines siguiera limpiandose los mocos con las cortinas de mi casa.
Así que finalizo diciendo solamente ¡chao fanáticos! vayan a destilar su odio a otro lado.
2 comentarios:
Querido fanático
No se ponga triste ante una despedida. Una despedida es necesaria para volver a reencontrarse. Y un reencuentro, después de un momento o después de toda una vida, es algo inevitable, pero el que se tiene que reencontrar de verdad es usted porque en realidad ¡qué fastidio!
P:S: Qué privilegio volver a leerlo sr. Santiago.
Privilegiado, sin duda, me siento yo de saber que aún conservo tan especial visitante en este espacio que cada vez más parece un pueblo fantasma. Saludos.
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