30 de agosto de 2015

Cuánto tiempo perdido.

Creo que esto de estar vivo trae una cierta nostalgia agobiante. Cuantos años perdidos. En el colegio, en la casa, con los amigos, en cada contacto, en cada instante, con cada interacción. Quién se habrá inventado este método irracional, por no decir estúpido, en donde todos debemos ser el vaciado de un maltrecho y ajado molde que seguramente fue hecho por un resentido y frustrado eunuco con voz chillona de barba rala que con fervor intentó castigarnos como venganza, como si fuera nuestra culpa sus desgracias, y no hablo del demiurgo, no, ese quizá lo hizo bien, lo veo más humano, como el artesano de la frustración eterna, ese mal nacido que interpretó el libre albedrío como la herramienta fácil de convencer a los incautos de que podían hacer, lo que se les viniera en gana, pero jamás explicó que esas acciones iban a estar reguladas por un ejercito de autómatas encargado de condenar el libre actuar.

Y quizá algún incauto piense que todo esto comenzó con el homo sapiens pero no. En la mitología griega encontramos a Dioniso ¿y que pasó con él?, y bueno, también hubo doctrinas filosóficas con el  hedonismo 340 a.C.  en donde, el placer era un fin y no un pecado, difícilmente comprensible para el mundo que nos rodea.

Yo si pienso que el gran problema nace justo con el pecado, este comenzó a incubar la doble moral, comenzó a regular los instintos y las pasiones, no desde la reflexión de la inconveniencia, cómo quizá si lo hizo Sócrates cuando hablaba de la libertad e invitaba a no ser esclavo de estas, sino desde el NO rotundo. “No desearás la mujer del prójimo” con una posición además de machista ilógica, primero porque en esencia la mujer como el hombre somos libres, nadie es propiedad de nadie, adicional el deseo no identifica estados civiles, solo por poner un ejemplo, una mujer libertina sale de fiesta se quita el anillo se emborracha, se sube a una mesa baila como una cabaretera y el grupo de beodos calenturientos que la rodean, la van a desear, como saben que hay un prójimo que parece un alce o que por el contrario lo estimula esta situación. Ahora las mujeres si tienen el derecho de desear el pájaro “ajeno”.

Digamos que el sexo y la sexualidad son los ejemplos más fáciles para evidenciar la estupidez en que vivimos, la historia de Larry Flynt  es uno de esos ejemplos patéticos, dejar a un hombre postrado en una silla de ruedas sin poder tener sexo porque lo señalaban de inmoral pornógrafo y un fanático convencido de que iba a salvar a la humanidad de la perdición decidió asesinarlo.  Mientras al mismo tiempo la pederastia era una realidad oculta en comunidades religiosas donde había miles de niños expuestos a cientos de vejámenes.

Somos una sociedad que juzga el sexo y la sexualidad mientras apoya las guerras y las agresiones físicas, la paz no nos gusta, el patriotismo lo llevamos en la sangre, queremos que haya muerte, hay que matar al que no piensa igual, así somos, las guerras no son nada más que la incapacidad de llegar a un acuerdo justo, pero no estamos preparados para eso, el molde con que nos hicieron viene diseñado para que saquemos ventaja, hablamos de tolerancia y quienes se dan puños nos parecen de quinta, bueno algunos todavía lo consideran una alternativa, pero la guerra no la vemos en esa misma justa dimensión, esa si la vemos viable porque no somos nosotros ni nuestros hijos los que se ven obligados a ir a morir. Los que ponen los muertos por lo general son esos seres que peyorativamente llamamos  “los menos favorecidos”.

Pero es el mundo fácil, no se necesita mucho para ser exitoso, un buen empleo es suficiente para tener un carro grande, una familia grande y en consecuencia un ego grande. No se necesita más y ni siquiera nos fijamos como muchos de esos seres que tiene todo grande terminan teniendo un funeral a lo grande, lleno de amigos, que van sin entender como alguien exitoso se suicida.

Creo que el efecto es como el de una olla a presión y no pitadora, una olla dañada que no ablanda los frijoles sino que explota destruyendo la cocina. Cuántos no soportan el peso de tener que ser como otros quisieran que fueran y explotan, cuántos padres de familias perfectas y estables son homosexuales y ni siquiera son consientes de eso, ni siquiera lo han podido pensar a pesar de que todos les funciona bien menos el sexo; cuántos héroes de la patria quisieran ser parte de una compañía de ballet; cuántos ejecutivos de éxito quisieran dedicarse a tocar un instrumento o a pintar y les toca contestar correos donde solo expresan su desprecio por los demás porque su propia frustración de no poder hacer lo que aman, les impide ser gentiles con el mundo.

Cuánto tiempo perdido tratando de ser quienes no somos, pero nuca es tarde, el futuro se construye cada día y si bien es cierto no es fácil desaprender, tampoco es imposible, cuando nos importe poco o nada el resto de la humanidad y hagamos lo que se nos venga en gana, respetando al otro, ese día simplemente comienza a construirse una nueva realidad. Yo no estoy seguro de que tan reprimido estoy, los cierto es que mucho menos que hace quince años,  menos que hace siete, menos que hace un año y realmente mucho menos que ayer.

Lo que no me parece justo es que por los primeros veinte años de malas enseñanzas uno se tenga que esforzarse el resto de la vida tratando de salvar el adefesio que salió de ese inmundo molde hecho por una infeliz que no tuvo los huevos suficientes para salvarnos de este martirio que por momento resulta de mirar a atrás y decir me faltó valor, quizá los que me conocieron en la niñez y adolescencia puedan decir que fui un rebelde pero la verdad no es así, nunca tuve al valor que necesitaba y hoy no es que lo tenga, solo que no lo necesito porque el miedo al sistema se fue, ahora la tarea es reflexionar sobre que tan contaminado sigo estando y creo que mucho, se que es un sistema que nos exprime y cuando salga la última gota vamos para la caneca.



3 comentarios:

Eryka Cifuentes dijo...

El tiempo de espera para la nueva publicación desafía mi poca capacidad de comprensión porque no pretendo interpretarlo, ni mas faltaba, su texto vivo merece todo mi respeto. Leérlo siempre me sorprende gratamente. La retórica y todas esas cosas que se ven en un texto escrito salen a la luz inevitablemente desde mi incontrolable perspectiva, Fantástico señor.

Santiago Sarmiento dijo...

Mil gracias por tu comentario, es bueno saber que no he perdido mi única lectora.

Santiago Sarmiento dijo...

Mauro, mil gracias por su mensaje y por acordarse de mi, ya han pasado como nueve años que no sabía de usted pero que bueno verlo por acá. Saludos.