23 de septiembre de 2012

Un mundo naturalmente injusto


Definitivamente vamos –sin duda- por el camino equivocado y no lo planteo simplemente desde la perspectiva del colombiano sino desde el camino que como seres humanos hemos construido, un camino a la autodestrucción. No pretendo entrar en una discusión teológica con relación al origen y mucho menos quiero entrar a analizar el libre albedrío, simplemente seguiré haciendo el mismo análisis al cual recurro para argumentar situaciones propias del hombre y es tratar de entender que tan naturales son nuestras acciones, si están o no, en armonía con la Pachamama.


El asunto que pienso está muy enredado y no se le ve solución, a menos que haya una invasión extraterrestre, es el de la justicia, hemos querido construir un planeta justo en un mundo naturalmente injusto. No quiero dejar la sensación de estar pasando por un problema personal complicado porque si es así no soy consciente de eso, por otra parte no me gustaría deja la sensación de estar haciendo un comentario irresponsable al mejor estilo de José Obdulio, por lo que recurriré a cinco ejemplos que me ayudan a contextualizar el planteamiento.

Es un hecho casi inobjetable –digo “casi” para huirle a los filósofos, teólogos y demás seres dueños de la verdad- que la naturaleza es menos imperfecta que el hombre, en consecuencia sería importante observarla, interpretarla y actuar de acuerdo con sus planteamientos estructurales. El planteamiento que desde el primer homo sapiens, que no estoy seguro ahora si se trataba de un tal Adán, en el que hemos fallado como raza humana es el de haber querido estructurar una sociedad justa.

El planeta es, sin lugar a dudas, un planeta injusto y los podemos observar fácilmente en:

La cadena trófica evidencia como sobreviven los fuertes devorando a los débiles y solo con el propósito de recargar energías, buscando mantenerse vivos, nosotros hemos querido hacerle trampa a ese orden jurídicamente porque en la práctica somos los depredadores más inclementes, hemos tenido la capacidad absoluta de extinguir millares de especies y en un porcentaje importante impulsados por la vanidad humana en la búsqueda de vestidos exóticos, de alimentos afrodisíacos o para decorar con el peor de los gustos una excéntrica sala. Pero es claro que más allá de nuestro papel depredador la cadena trófica es un ejemplo palpable de injusticia donde los débiles terminan en las fauces de los fuertes.
    
Los recursos naturales limitados es increíble que la mayoría de la población no tenga conciencia de que la tierra tiene un límite espacial, que la medicina avanza para que las madres sean más fértiles y la raza humana sea  más longeva, esto hace una mezcla infernal, es una ecuación apocalíptica en donde cada vez hay más seres humanos que viven más años en un planeta, en un planeta  que no crece y del cual depende su subsistencia, la cual se base en el agua, el agro, la ganadería, la minería, la pesca, etc., pero lo inevitable es que esos espacios destinados a esas actividades productivas necesariamente van a terminar siendo ocupados por los millares de millones de seres humanos que siguen naciendo y entonces la pregunta que surge es ¿de qué van a vivir?, y digo “van” porque yo no voy a estar por acá, la explicación está en la metempsícosis, ya mi alma está en su última transmigración.

Combustibles fósiles es otro de los aspectos más complejos es que en búsqueda de la justicia humana hemos sido terriblemente injustos con el planeta, este se tardó milenios tratando de crear la atmósfera necesaria para que se diera la vida humana y eso implicó enterrar a miles de kilómetros todas las sustancias que afectaran nuestro ambiente. Y en un acto genial, con el progreso como bandera y la industria como medio de locomoción decidimos hacer que el mundo se moviera desenterrando estas sustancias, que además de ser nocivas son limitadas, igual acá surge otra pregunta ¿qué se acabará primero, la raza humana o los combustibles fósiles?, creo que la analogía perfecta para lo que hemos hecho, puede ser la de comprar una cantidad gigante de heroína y comenzarla a consumir averiguar que se acaba primero si la heroína o nosotros .

Un planeta de todos o de nadie. Al principio de los días el planeta era de todos o mejor dicho de nadie, pero en busca de la justicia se nos ocurrió la brillante idea de dividirlo y comenzar a derramar sangre por definir quién tenía derecho a más o a menos, lo cierto es que se han encontrado soluciones prácticas en donde el cielo puede ser ya una buena alternativa para tener más que repartir, por lo que no faltará mucho para que el espacio superior de la tierra le pertenezca a algún monopolio, por lo que no bastará comprar solo el terreno sino los metros cúbicos que necesite para construir sobre él. Es un hecho que las limitaciones sobre la propiedad son en parte los grandes detonantes de los más sangrientos conflictos humanos.

La especialización. Finalmente en un mundo de todos donde había una evolución natural y las especies se autorregulaban, llegó el ingenioso hombre a ponerle justicia a un planeta que era de todos y que sin nuestra ayuda le quedarían muchos miles de millones de años más por delante que los que hoy se le pueden pronosticar. Quizá cuando éramos un poco más ignorantes y nos le “medíamos a todo” había una esperanza, la del hombre sabio, la de aquel ser interesado en saber y entender de todo, más allá de Protagonistas de Nuestra Tele y de Desafío 2012, hombres altruistas interesado en un mundo mejor. Hoy en nombre de la justicia lo importante es ser un experto y eso nos lleva a ser incapaces de interpretar la naturaleza, nos limita, como a los caballos lo hacen los tapaojos, reduce la perspectiva y nos lleva a ser obtusos en las consideraciones universales.

De manera general nos hemos convertidos en los “Paladines de la Justicia” sin entender que esa “justicia” nos está matando, quizá si partiéramos de la imperfección, es decir, de lo injusto lograríamos mejores resultados o por lo menos garantizaríamos un final algo digno, pero sin duda cavamos como zombis nuestra fosa común y seguiremos lanzándonos a ella convencidos de nuestra inteligencia creadora.

El mundo está 'patas arriba' y las grandes discusiones que se están dando se concentran en: los derechos patrimoniales de los homosexuales, una lucha primitiva entre homofóbicos que según estudios se necesita ser muy marica para ser homofóbico, y la comunidad LGBTI; por otra parte está planteada la discusión sobre la libertad de expresión donde muchos justifican la sangre que se derrama por irrespetar al profeta Mahoma y otros consideran que no se pueden reprimir la libertad de expresión por temor a la reacción islámica y si nos vamos al ámbito político, las cosas no son mejores, en general, las discusiones políticas tienen un componente de vanidad que va más allá de la lógica y de un propósito de construir mejores seres humanos y en consecuencia un mejor planeta.

Es inadmisible que en pleno siglo XXI las discusiones se sigan dando en función de las creencias, de los prejuicios y las vanidades, en la mayoría de casos desconociendo la ciencia y principios elementales de convivencia, claro está qué, la ciencia no está observando la naturaleza como punto de referencia para tratar de darle un poco de orden a este caótico y justo paraíso demoníaco.

Creo que cada vez, serán o seremos, más los desequilibrados mentales porque para entender este mundo hay que tener algo de desquicio, no falta mucho para ver como toman fuerza los Freegans y como para muchos resultará laudable su propósito, sin embargo, sin una publicidad engañosa y sin unos genios estudiosos de la psicología del consumidor detrás de esos mensajes, será imposible que logren llegar a hacer una movilización lo suficiente estruendosa que permita hacerles entender a los zombis que el camino los lleva a una fosa común.

Hemos terminado destruyendo el planeta y la raza humana en nombre del progreso y de la justicia, convirtiéndonos inconscientemente en el último eslabón de la cadena trófica, es decir, en unos carroñeros sobrevolando un planeta de moribundos buscando como sobrevivir.

2 comentarios:

micifu dijo...

Aunque los lectores no somos siempre lo que esperan nuestros blogueros, ni los post son para todos los lectores, después de una detenida lectura alcancé a ver la cabeza del venado y la sangre derramada del Mink, señoras y señores esto si que deja mucho que pensar.

Santiago Sarmiento dijo...

Me alegra que hayas podido ver tanto, quizá llegar a ver las figuras en marfil era casi imposible, así como me resultó de complicado reunir a Platón con el budismo pero bueno, en el eclecticismo se reinventan las artes magistralmente y definitivamente este post es a la literatura lo que el tropipop es a la música y la salchipapa a la culinaria. Mil gracias por ser mi única lectora y comentarista.