Lo divertido de tener un blog es que uno puede escribir cuando se le antoja, no hay ningún compromiso editorial, no hay ninguna obligación contractual ni nada similar. Simplemente es un ejercicio personal, tan personal como satisfacer una necesidad fisiológica.
Llevaba seis meses sin escribir y no pasó nada, solo que las ideas cambian, ahora mis intereses políticos se han ido esfumando en la medida que tenemos un presidente tibio que está haciendo su trabajo medianamente bien y del al alcalde de Bogotá no hay mucho que decir, solo que no lo veo tan moreno como rucio.
Por eso voy a optar por volver a mi viejo estilo que me traía tantos seguidores, llegué a tener tantos que en un mes superé las tres visitas –tiempos aquellos-pero desde que me entregué a los temas políticos se acabaron las visitas y las intensiones de la gente por comentar -porque obviamente no comentaban- como buenos latinoamericanos se quedaban en las intensiones.
Pero voy a recuperar todo el tiempo perdido, voy a volver a escribir las mismas reflexiones inocuas que en un principio me acompañaron, no lo hago para entretenerlos sino para entretenerme, pero como usualmente esas reflexiones traen un componente humano y muy personal, seguramente muchos lucharan contra su morbo interno pero terminarán siendo vencidos, sucumbirán como una cucaracha ante el implacable peso de una chancleta, y leerán mis anécdotas poco interesantes, las cuales en muchas ocasiones tienen un toque de fantasía, solo un toque.
Yo he sido un rebelde y siempre he creído que con causa, pero ante mi rebeldía la vida me recuerda que ella es la que manda, de mis cuatro años de aventuras empresariales aprendí dos cosas importantes, la primera fue la forma de descapitalizarme y la segunda como endeudarme.
Pensé que lo malo debería traer algo bueno, por lo que decidí estructurar una oferta de capacitación compuesta por dos módulos, el primero titulado “cómo endeudarse tan rápido como se descapitalizó” y el segundo “El carrusel de los créditos: cómo pagar deudas con créditos más costosos” a pesar de hacer énfasis en mi experiencia y en que mi conocimiento no era simplemente teórico… no encontré ninguna persona interesada, fundamentalmente porque a las personas les gusta oír lo contrario “Visualización creativa”, “Éxito cuántico” etc., es decir, todo lo que implique resultados rápidos y que el único trabajo se limite a desear, esos libros si los compran sin importarles que en la ruta hacia el fracaso mi programa de capacitación sea tan efectivo como esos otros.
Sin embargo, disfruté mucho esos años –mi esposa no tanto- de hecho tuve la fortuna de ser papá y de comenzar a escribir este blog, me sirvió para entender que mi mente y mi vida son, y seguirán siendo un maremágnum.
Por fortuna hoy, mi esposa y yo hoy hacemos parte de los colombianos que tienen empleo, hacemos lo que nos gusta, bueno a ella le gusta lo que hace, yo si tengo algunas observaciones con respecto a lo que hago, no tanto en términos de fondo como de forma.
A mí, por ejemplo, nunca me ha gustado cumplir horarios, entonces decidí no cumplirlos y no me importa lo que piensen en mi empresa, el horario es de ocho de la mañana a seis de la tarde, pero yo llego antes de las siete de las mañana y me voy después de las siete de la noche, finalmente todo tiene solución y encontré la mejor forma de romper sus reglas. Yo preferiría trabajar algunos días desde la casa porque me rinde mucho más, pero como eso tampoco es una alternativa, lo pensé muchos y me dije “Santiago hay que trabajar desde la casa y usted sabe que puede romper paradigmas” fue así como decidí trabajar desde la casa los sábados y domingos.
Poco a poco voy encontrando nuevamente el equilibrio, volví a jugar futbol después de muchos años y eso me oxigena el cerebro, creo que voy a poder pensar un poco más en ideas brillantes como las anteriores, que convirtieron los ahorros en deudas ¡que poder de transformación!
Lo importante para mi hoy después de mi familia y el trabajo, es poder retomar este espacio, así como el de la Revista Claroscuro en la cual ya volví a escribir y aspiro dejar de un lado las fotos del Blackberry y reconciliarme con la cámara.
Por último y apropósito de lo que escribí, no quiero despedirme sin antes explicarle -a los que no sepan- que es un Blackberry, es un dispositivo de bolsillo que reúne funcionalidades de comunicación (voz y datos) y multimedia creado por una empresa canadiense llamada RIM y utilizado por las compañías como un mecanismo para generar sentido de pertenencia en sus empleados, sobre todo en aquellos que cumplen horario de lunes a viernes de ocho de la mañana a seis de la tarde.
Un empleado estricto en el cumplimiento de su horario entiende la importancia de equilibrar la vida laborar con la personal, por lo tanto cada vez que está en una rumba y saca del bolsillo su Blackberry para tomar una foto, recuerda de donde proviene el dinero que paga el licor que está consumiendo y de ahí que lo haga con moderación, para evitar llegar a la beodez y correr el riesgo de llamar a su jefe a las tres de la mañana del domingo a decirle lo mucho que lo quiere o simplemente mandarle una foto por el chat mostrándole la forma en que se ve caído de la borrachera.
El Blackberry no solo vino para comunicarnos sino para fortalecer ese vinculo empleado-compañía que cada vez debe ser más sólido, además nos protege y nos permite guardar recuerdos increíbles, la foto que acompaña este post evidencia uno de esos momento maravillosos que no solo quedan nuestra memoria sino en la microSD de nuestro teléfono inteligente.
2 comentarios:
Jueputa Jefe, qué bueno volverlo a leer y qué bueno que se esté reconciliando con Santiago.
Yo este semestre he aprendido un par de vainas sobre mercadeo, y creo que aguanta dedicar una conversación en estos días a los Blackberry's en las empresas, y a otros temas no menos relevantes.
Con l de la revista, debo confesar mi rotunda vergüenza de no participar, pero ando corto de ideas interesantes. Cuando pueda descansar de esta tortura de los pasivos, los activos y esa vajilla tan llena de tasas, ofertas y demandas; espero inspirarme para comenzar la sección de noticias económicas de Claroscuro.
Reciba mis buenos deseos y espero que siga dedicándose entre siete y siete a lo que le gusta.
Un saludo,
Tomáz.
Compadre, gracias por su comentario, estoy haciendo el propósito de volver a escribir y tiene toda la razón, debemos cuadrar una reunión para uno de estos días... la vaina es poder lograr que usted tenga un fin de semana libre y yo ya entre semana no tengo tiempo de nada.
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