Hoy es domingo 8 de febrero de 2015, el jueves pasado fue día sin carro en Bogotá y vi con sorpresa como este ejercicio terminó siendo traumático para la gran mayoría y esto me llevó a preguntarme ¿por qué nos cuesta tanto trabajo hacer cosas diferentes?.
Vivimos esclavos del miedo y de la comodidad sin darnos cuenta de que entre menos nos arriesguemos y entre menos queramos incomodarnos vamos construyendo una mediocridad relativa. Digo relativa porque el resto del mundo puede no percibirla pero sin duda nosotros sabemos por donde estamos deambulando, somos los mismos niños ingenuos de primaria que esperábamos totalmente angustiados que los cuarenta y cinco minutos de clase pasaran y ocurriera el milagro aquel, ese que hacía que el profesor no se acordara de pedir la tarea, la que por costumbre nunca estaba hecha.
Y siguiendo con la analogía creo que el ejercicio es hacer la tarea y tenerla mejor hecha de lo que uno mismo creería que podría hacerla. Sin duda hay que olvidarse de la comodidad y del miedo, el ejemplo claro de que es un tema mental se ve en los propósitos de comienzo de año relacionados con bajar de peso, encontramos en Youtube casos de gordos y gordas mórbidas que con solo dieta y ejercicio bajaron mucho más de 100 kg. sin cirugías y ahora buscar como quitarse los kilos de piel que les quedó colgando. Es increíble que una decisión consecuentemente benéfica para la salud y que no requirió nada diferente a tener el valor de incomodarse se vuelva viral en internet y la repliquen medios de comunicación tradicionales. Esto no me lleva a concluir nada diferente a que la disciplina con todo lo que ella implica termina siendo una cualidad en vía de extinción y cualquier espécimen que la posea termina siendo exótico y digno de exposición pública. Solo pocos cumplen el propósito.
Quizá muchos podríamos dejar de usar carro y cambiarlo por la bicicleta trae sin duda más beneficios así como más incomodidades. Nos quitan el caparazón y nos sentimos frágiles y vulnerables, tal vez sea por eso, que cada vez más la gente privilegia las camionetas sobre los carros compactos, más allá del estatus, podrían estar generando una sensación de seguridad o “sobreprotección”. Pero lo cierto es que ponderamos mejor la comodidad que la salud y cuando hablan del sedentarismo nos convencemos de que no hay forma diferente para vencerlo que no sea pagando un gimnasio y eso ya es lo suficiente mente playpara decir “no he tenido tiempo de ir pero en eso estoy”.
El tema no es más que dejar la pereza, el miedo, la comodidad y luchar para construir una disciplina personal luego todos esos sueños, que no son más que tareas sin hacer, se van a ir cumpliendo.
La vieja de este video fue la que me trasnochó escribiendo esta babosada, finalmente, yo no soy más que un analista fracasado, esta señora es un ejemplo.