25 de septiembre de 2008

Realmente me sorprendí


Realmente me sorprendí, yo nunca me imaginé lo que podía significar tener un hijo, es más, sin mentirme hasta hace un poco más de un año lo tenía casi descartado, finalmente un hijo es para muchos un accidente, para otros un deseo que nunca se cumplió, para otros algo que uno debe hacer antes de determinada edad para evitar algunas limitaciones en el heredero y para otros un sueño hecho realidad, pero para mí ha sido algo muy extraño.

Primero porque no lo pensé, es decir, yo no pensé en tener un hijo, yo sentí el deseo, sin importar ninguna de las consideraciones que pensé en algún momento podían ser fundamentales, me refiero a la estabilidad económica, a tener una relación estable y de conocimiento mutuo con la potencial madre, a tener solucionado cualquier tipo de dilema o conflicto personal, etc., pero en mi caso esas consideraciones simplemente no existieron.

Fue un sentimiento mutuo que nos embargo, tanto a la futura madre como a mí, simplemente Silvana como se llama nuestra hija ya existía desde antes de ser engendrada, ¿Dónde?, no lo sé, pero lo único que hicimos fue llamarla para que viniera y darle un nombre, Silvana, así la llamamos desde antes de ser engendrada, tomada esta decisión, el siguiente paso fue que la futura mamá dejara de tomar pastillas anticonceptivas y esperar… pero cuál fue la sorpresa, que no toco esperarla, ella nos estaba buscando desesperadamente y fue así como con menos de 20 días de concepción nos enteramos de la urgencia que tenía Silvi por venir a visitarnos.

En ese momento solo teníamos un viaje a Cancún de fin de año y no estábamos tan consientes de algunos pequeños detalles como: tener vivienda, no estábamos viviendo juntos y cada uno vivía en casa de mamá, pero bueno otro detalle que no tuvimos en cuenta fue que deberíamos tener una medicina pre-pagada la cual ya no era fácil, ni económica dada la pre-existencia del embarazo y por último no teníamos un plan de negocio muy claro, acabábamos también de decidir independizarnos, por lo que una estabilidad laboral no era algo que nos definiera como familia.

Finalmente pasaron 9 meses y salió a esta dimensión la bella Silvi, yo estaba preparado para todo, para verla fea, para sentirla distante puesto que no podía entenderme y en fin para quererla independientemente de las cositas que tuviera que no me gustaran, tanto en comportamiento como físico, es decir, orejas grandes, color morado o muy llorona, cosas como esas.

Pero fue amor a primera vista, nos entendimos perfectamente y nos seguirnos comunicando cada vez mejor, yo nunca pensé que iba a poder llegar a sentir algo tan grande, yo lo único que siento es el deseo de dedicarme el resto de la vida solamente a ella, verla crecer, acompañarla, alcahuetearle con todo lo que la haga feliz y no le haga daño, apoyarla… y no hacer nada más, porque ella con una sonrisa, con respirar, con parpadear, con llorar, con el solo hecho de vivir lo compensa todo.

Silvi me ha sorprendido tanto, cómo fue que nos escogió con tanto acierto, yo estoy seguro que escogió la mejor mamá para ella y a mí me ayudo con ese trabajo que no es nada fácil.

Gracias Silvi, mi vida hermosa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace casi 14 años tuve la bendición de ser padre por primera vez... miles de sensaciones tuve aquel 10 de Abril (como el milagro de Abril de Plaza).

Lo más grande que sentí por mi hijo en aquel momento, y que ahora siento ambién por mi princesita (la menor).... es que había descubierto el significado de amor incondicional, sublime, verdadero y perfecto.

Lo dije michas veces y lo sostengo ahora.... si en el libreto de la vida existe algo tirste, doloroso, cruel,o simplemente malo, que tengan que vivir mis hijos, gustoso lo vivo por ellos para que no tengan que experimentar ellos ese dolor o ese mal rato...no se si es sobreprotección, prefiero llamarlo simplemente AMOR!!!

Hermano, te entiendo 100%... aunque creo que eres tu quien está entendiendo ahora.

Santiago Sarmiento Ortiz dijo...

Cuando la gente utilizaba la expresión “es mi razón de vivir” para algún tipo de relación de pareja o en general, lo consideraba un poco exagerado, porque realmente cada quien vive por sí mismo, pero, por primera vez en la vida, en tiendo el sentido y siento temor de morir, quizá por eso los hábitos han cambiado y como dice la canción de los Zuleta “Mis muchachitas” la cual por fin pude escuchar hoy, “QUISIERA REGALAR LA VIDA, PARA QUE MIS HIJAS NO SUFRAN MIS PENAS, INTENTO DETENER LOS AÑOS, JUNTANDO MIS MANOS COMO UNA BARRERA, PERO AMANECE MAS TEMMPRANO, COMO SI LOS AÑOS TUVIESEN CARRERA” hoy como te decía veo la vida muy corta y siempre quiero estar para ella. Es un amor tan grande que asusta.

Anónimo dijo...

De acuerdo... ese tema de los Zuleta lo toca a uno en las circunstancias actuales.

Efectivamente da miedo a morir, pero no por temor a la misma muerte, sino temor a no volverla a ver (a Vale o Silvi en tu caso), a no estar allí para verla crecer, a no estar para defenderla, para apoyarla, para corregirla... porque uno cree, y de pronto es cierto, que nadie lo podrá hacer mejor... Por lo pronto hay que ganarle a los años... la carrera!!!