9 de marzo de 2014

Lo nuestro no es elegir

A propósito de las elecciones para Senado, Cámara, Parlamento Andino y la consulta del candidato presidencial del partido Verde me puse a pensar en el porqué nos cuesta tanto elegir por quién votar. Finalmente descubrí que lo que nos cuesta trabajo y para lo que somos realmente malos es para tomar una decisión, cualquiera que esta sea.
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Para elegir hay que conocer, informarse, entender y sacar conclusiones a partir de los datos y hecho recogidos, eso sí, basados en un análisis que debe caracterizarse por la lógica.

Qué podemos esperar de nuestros análisis si en los colegios nos enseñaron a repetir y a memorizar todo tipo de información, tablas de multiplicar, abecedarios, tablas periódicas, fechas históricas, huesos, músculos, países, montañas, ríos, continentes y mares. Todo había que memorizarlo con la dificultad de que teníamos que hacerlo bajo total sobriedad y esas letras carecían de música, quizá borrachos y cantando algo más se nos hubiera quedado.

Lo mismo pasaba con los principios éticos, eran dogmas, no había una lógica para nada. Repetir que había que amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, era un tanto ilógico si tenemos en cuenta que la masturbación era pecado.

Por eso creo que, la mayoría, de los que dicen saber por quién van a votar solo están repitiendo pero no eligiendo. Los más convencidos están divididos entre los que dicen que van a votar en blanco y los que, paradójicamente, no votan a favor sino en contra, eso es lo más ilógico que uno puede ver y creo que no es más que un ejemplo de nuestra ignorancia. Como buscar información no es un hábito y pensar está en vía de extinción, lo más fácil es dejar que otros “piensen” por nosotros y apoyarlos de buena fe creyendo que están proponiendo lo mejor.

Pero como además de ignorantes nos gusta hablar y no contamos con programas de gobierno para defender lo más fácil es decir que el voto será en blanco justificado en un facilista “para no favorecer a los mismos de siempre” desconociendo que con esa acción lo que se hace es todo lo contrario. Claro que hay otros más geniales que votan en contra de los terroristas de las FARC cuando no hay ningún candidato de ese grupo en contienda y simplemente es un eufemismo -que claramente ni entienden- para no tener que decir que votan en contra de la paz, basados en que un caudillo o no se si  es más bien un mesías dice que así debe ser.

Hay cosas que caen por su propio peso, un mínimo análisis sobre la guerra en Colombia demuestra que el mayor número de victimas mortales de la guerra son campesinos pobres que sin opción alguna terminan en una guerra sin sentido. Pero la gente que no quiere la paz cree que los guerrilleros rasos, que son el 99%, llenaron una hoja de vida, un formulario y pagaron una inscripción para hacer parte de un proceso de selección riguroso y demandante con el fin de aspirar a un cupo en la facultad de la revolución con sede en la selva, en donde sin servicios ni necesidades básicas cubiertas, prueban su máximo compromiso con su desarrollo profesional.

Todo lo que nos pasa es porque hoy en día informarse parece ser pecado, ya nadie quiere leer, por eso lo más fácil es culpar a los demás de nuestras propias miserias. Es un ejercicio fácil que consisten en parecer lo que no se es, creyendo que confundiendo se llegará a reinar.

Con esa filosofía facilista el tercer mundo se llenó de ciudadanos perezosos y mediocres que eligen a sus dignos representantes.


Ignorantes que posan de intelectuales, mediocres que ponderan los esfuerzos sobre los resultandos, estúpidos que creen que suponer es igual a saber, autómatas que repiten lo que otros dicen para evitar la obligación de pensar son los que está llenando cada espacio del mundo convencidos de que son esculturas que adornan el paisaje cuando no son más que unas baratijas ordinarias de mal gusto que dañan nuestro entorno y nos roban la ilusión de que este sea un mundo mejor.

1 comentario:

Micifu dijo...

La realidad es que en ninguna parte del currículo nos enseñaron destrezas de pensamiento y elegir, para mi, es un proceso de pensamiento, es decir una función cerebral superior. La toma de decisiones es el resultado más común de casi cualquier proceso de pensamiento, pero hay muchos subprocesos implícitos la generación de ideas, el análisis, la comparación y la evaluación de la información, pero la gran conclusión radica en que llevar a cabo el proceso de pensamiento de elegir pues en Colombia en realidad no es pensar, es solo una acción mecánica en la que coincido con usted, y si no observemos el proceso del voto en blanco que se generó sin razón alguna y siendo así prefiero revisar loas votos nulos que llevaban grandes escritos de protesta frente al proceso electoral. Si la culpa es de la educación o no, pues no sé si pensamos mas o menos cuando nos educamos, tampoco lo sé, lo que es claro es que es un gusto volver a saber de Usted.