Llevo algunos días pensando recurrentemente sobre si los sabios desaparecieron o simplemente entró en desuso este término.
La primera reflexión me llevo a pensar que cada vez menos los intelectuales se interesan tanto de temas metafísicos como físicos, es decir, los sabios en la antigüedad filosofaban sobre el estado y la política así como sobre las virtudes y el propósito del hombre como individuo. Manejaban con destreza similar las matemáticas como la filosofía.
Quizá la imposibilidad de esta sociedad para producir sabios se deba al desarrollo científico y tecnológico, a esa insoportable necesidad de rotular y encasillar, algo que los expertos denominan “especialización”. Nos llenamos de especialistas y analistas. Pero esto para mí no es mayor argumento, los especialistas de hoy, no son nada diferente a los carpinteros, panaderos, agricultores, pastores, curanderos, etc., de antes, ahora son ingenieros en telecomunicaciones, magísteres en mercadeo o en administración de negocios, pero eso yo lo identifico como labores.
Lo que no encuentro es quienes quieran entender el comportamiento del individuo y propongan posibilidades para mejorar como sociedad, ahora cada quien piensa en su pedacito y critica al resto, para problemas individuales están los psicólogos, si el paciente no crea una suficiente empatía con su psicólogo este lo remitirá a un psiquiatra para que lo controle con droga. Si el problema es social hay unos sociólogos que explicarán el por qué las cosas suceden y acompañan su análisis con un tono de resignación. Si el problema es ambiental existen los ecólogos y los que van más allá del análisis inocuo y se atreven a tomar acción les dicen activistas. Si el problema es tan grande que ninguno de los anteriores especialistas encuentran alguna explicación social, psicológica o ecológica, entonces, entra un antropólogo a tratar de identificar las taras con las que venimos desde antes de Cristo y si ese no resuelve nada entonces para eso están los arqueólogos que encontraran en el carbono el origen de por qué somos así.
Ahora todos estarán perdidos pensando en que estoy delirando, sin rumbo fijo, buscando a un Socrates en alguno de mis lectores. Pero no es así, el tema es simple, el tema es que no encuentro mayor preocupación del ser humano por su bienestar y eso me llama particularmente la razón. No entiendo como todos construimos un camino hacia el infierno y no nos preocupamos de esto.
Voy a ser un poco más explicito, bueno hasta donde el tema me lo permita, el tema del infierno se refiere específicamente al calentamiento global, hay muchas personas que ni siquiera entienden que es esto y hacia donde nos puede llevar. El calentamiento global no lo voy a explicar porque está mejor explicado en muchas otras partes, es más en algún post pasado expliqué algo al respecto con un ejemplo del ahorro de energía, pero bueno, el tema es que el calentamiento global no va a parar hasta que no reemplacemos la utilización de combustibles fósiles como el petróleo y esto no va a suceder hasta que se acaben porque hay muchos intereses económicos que impiden frenar esta dinámica mundial. Es decir, por plata nos estamos matando, pero eso es lo de menos, lo demás es que en unos años, no sé cuantos, los países desarrollados y con poder militar ante la sed y el hambre de sus pobladores tendrán que apoderarse a la fuerza de los recursos naturales de los países ricos en estos pero pobres en fuerzas militares, países como el nuestro acabados por la corrupción, el narcotráfico y la politiquería. Tenemos tantos recursos que no vamos a poder proteger de otros porque no los supimos proteger de nosotros mismos. Como lo pueden ver vamos directo para el infierno y con relación a esto no hay propuestas de nadie, solo críticas.
Pero como podemos pretender que haya propuestas, ¿de quienes?, ¿de los que fuman y beben?. Esas son otras de las cosas que me llaman la atención, la primera vez se prueba un cigarrillo el organismo lo rechaza, pero somos tan inteligentes que obligamos a el organismo a aceptarlo, lo mismo pasa con el alcohol. Pero eso no es nada, las presentaciones de estos dos tipos de productos vienen con una leyenda que advierte sobre lo nocivo que resulta ser su consumo para la salud y sin embargo la gente defiende su consumo. Pero más gracioso es que el deporte y la salud de este país se mantiene de los impuestos que se pagan por la venta de estos productos. ¡ah! Y me olvidaba de los juegos de azar, de estos también provienen recursos para lo mismo. Es medio loco que de los alcohólicos, los jugadores y los fumadores, se mantiene la salud en este país, pero no tiene prioridad de acuerdo con su nivel de aportes, es decir, deberían darle prioridad en el régimen subsidiado de salud a los fumadores que se están muriendo de cáncer en el pulmón, a los alcohólicos que están muriendo de cirrosis o a los jugadores que agonizan por heridas de arma de fuego por no pagar sus deudas de juego, eso sí sería justo, porque ellos son los grandes contribuyentes a la causa, lamentablemente en su gran mayoría se mueren de atención. La conclusión de este punto es que si una persona no tiene responsabilidad sobre la propia vida, cómo puede hacer una propuesta sería para preservar la vida de otros.
Claro está que hay quienes se preocupan por la salud y el deporte, de ahí la proliferación de gimnasios, hombres y mujeres, que esculpen sus cuerpos de lunes a viernes, dizque por salud, para terminar consumiendo alcohol, cigarrillos y droga el fin de semana, para luego en el momento del clímax de la rumba retirarse en compañía de otro cuerpo sana a tener sexo sin protección. Este es un refuerzo para el punto anterior.
Hay otros que compensan el pecado con oración, estos adicionalmente a las prácticas anteriores tiene una más espiritual, el culto, la misa o cualquier rito que permite purificar el alma, pero ojo, si usted es de esos, tenga cuidado que el cuerpo no se purifica, rezar no quita el guayabo, lo máximo que hace es bajarle el remordimiento. Y si usted sale a las 6:00 a.m. del casino para misa, recuerde que al igual que la limosna y el diezmo esa platica se perdió, en la iglesia no se la van a devolver y por favor no comulguen borrachos el único que puede es el cura.
Hay otros que son totalmente espirituales, leen sobre culturas orientales, meditan, ayunan, no consumen nada toxico, algunos son solo vegetarianos y tiene un poder casi divino para criticar a todos lo que no son iluminados como ellos. Critican desde la abuela hasta los hijos, pasando por la muchacha del servicio y los jefes. No entiendo cual es la paz que les produce tanto ejerció espiritual. Estos piensan que se han salvado, pero no hacen nada más que criticar al los que nos hemos condenado.
Bueno hasta acá van los seres humanos promedio. Hay un reducido grupo que son los exitosos, tienen empleos inmejorables, posiciones públicas reconocidas, son destacados en la ciencia, el arte y las letras. Estos solo necesitan cocaína para mantener sus endorfinas excitadas y su imagen de personas de éxito. Ellos se caracterizan por ridiculizar a todos, principalmente a los que leen o se interesan por temas de auto superación, por temas espirituales o cosas similares, porque el éxito para ellos se debe a su inteligencia suprema. Otra de las características de estos brillantes seres es que duermen poco, trabajan mucho, beben mucho, fuman mucho y siempre están como recién bañados, parecen acabados de levantar llenos de energía, lucidez y simpatía. Y después la gente dice que el periquito es dañino, lo dañino es no tener con que comprarlo o sino pregúntenle a estos genios. Nos sean duros con ellos, la repentina prepotencia y su inagotable energía, no es más que una permanente traba.
Sócrates dijo “solo sé que nada sé” y basado en eso comencé una observación encaminada a tratar de identificar algún personaje que se caracterizara por ese principio. Pero la búsqueda fue infructuosa, todos tiene la razón o por lo menos eso creen, el mayor esfuerzo se hace para convencer al otro de su error, de hacerle ver que está equivocado. Y como las contrapartes en la mayoría de casos toman la misma posición, entonces encontré, en lugar del sabio, el origen fundamental de nuestra violencia, una lucha estéril por tener la razón.
Si no estoy mal, Sócrates también dijo algo como que el hombre verdaderamente libre, es aquel que no es esclavo de su animalidad y sus vicios. Yo me preguntó, ¿existirá algún hombre virtuoso, que no sea esclavo de sus vicios y de su animalidad?. Alguien que tenga la fortaleza suficiente para confrontarse y buscar ser un mejor ser humano cada día. Bueno, si ese hombre existe, ¿será capaz de proyectar esa sabiduría y hacer algo para que el mundo sea mejor?.
La verdad creo que los Sabios se acabaron, porque prefirieron entregarse a los placeres de la carne y como para que eso pueda ser una realidad, se necesita billete, se entregaron a esta economía de mercado, a hacer poca plata para poder endeudarse mucho, parecer algo más interesante que le permita acceder a una buena presa. Qué envidia, eso sí se llama saber vivir, sin condón, con una botella de Sello Azul y un paquete de Marlboro rojo, que más se le puede pedir a la vida, bueno que no se acabé.
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