16 de junio de 2010

Traumas de Infancia - Pandemia colombiana-

Pandemia colombiana.
Haber nacido en Colombia me ha dejado una marca: “Hecho en Colombia”. Que va mucho más allá del simple hecho de ser colombiano, esta marca a diferencia de  un “Made in China” me hace sentir de mejor calidad aunque en términos prácticos mi vida útil pueda ser mucho menor.
Haber nacido en Colombia me redujo las expectativas de vida,  mejor dicho, si hubiera nacido en Suiza, Canadá, Finlandia o cualquier otro país por el estilo, muy seguramente no hubiera sentido desde muy niño el  temor a morir o el temor  a malvivir.
 Mis grandes temores de niño fueron: la Lepra, la Poliomielitis y la Guerrilla. Hoy ya un poco mayor cuando salgo en moto, mis grandes temores son los conductores, principalmente los de los buses, los de las busetas y las lobas monas alisadas de gafas y camionetas grandes.
Yo nací en el año de 1974,  en mis primeros años de vida la lepra y la poliomielitis me asustaban más que la guerrilla. Desde mis primeros años de vida solíamos ir con toda la familia a Agua de Dios  (una población cercana a Bogotá, con una temperatura promedio de 27°C) a la finca de un tío,  íbamos en un plan recreativo, sin embargo, para mí bajar al pueblo era un suplicio porque allá había un lazareto, entonces, era común ver a los enfermos de lepra, adicionalmente la explicación que en el momento me dieron sobre la enfermedad me produjo mucha más angustia, porque sentía temor de contagiarme. Lo mismo sucedía con la poliomielitis era relativamente común ver adultos con la enfermedad, entonces la insistencia de mi mamá para que me pusieran  las vacunas más la explicación sobre la enfermedad me produjeron mis primeras noches de desvelo. Sentía que estas dos enfermedades eran lo mismo que jugar a la ruleta rusa permanentemente, el solo hecho de estar vivo y en la calle, era estar expuesto.
Finalmente, estas dos enfermedades hoy están totalmente controladas. La lepra es una enfermedad de carácter infeccioso y su origen está en un bacilo. Por otra parte la poliomielitis es una enfermedad contagiosa la cual es producida por el  virus poliovirus y se pudo erradicar del país. Hoy tengo la tranquilidad de que mi hija no va a sufrir con el fantasma de estas dos enfermedades.
Pero, ¿qué pasa con la guerrilla?, creo que lo mismo, una enfermedad comienza a alarmar a las autoridades sanitarias cuando se convierte en epidemia, luego si se convierte en pandemia se toman medidas más fuertes, pero finalmente el primer objetivo que se busca es controlarla y la meta es erradicarla.
Hoy siento el mismo temor que cuando vacacionaba en Agua de Dios hace ya más de 30 años, en aquel momento mis preocupaciones eran realmente infundadas, el riesgo de contagiarme era casi inexistente, pero hoy en Colombia tenemos una pandemia que se llama violencia y el candidato que más posibilidades tiene de ser presidente, está muy lejos de poder encontrar el virus o el bacilo que la están produciendo.
En Colombia el gran problema ha sido la violencia -no la guerrilla-  la cual a través de la historia se ha transformado hasta llegar a ser hoy una pandemia. El gran problema es que nuestra violencia muta y los colombianos somos poco observadores y no detectamos muchas de sus manifestaciones.
Por ejemplo, si hubiéramos sido lo suficientemente observadores, nunca, hubiéramos elegido a Andrés Pastrana como presidente, Pastrana en su campaña presentó en televisión un comercial en el cual la cara de Serpa, su contrincante a la presidencia, se transformaba en Samper, famoso por el proceso 8.000. Entonces, la mayoría de votantes colombianos decidieron que Serpa era Samper y por eso corrieron a votar por Pastrana. Hoy, al igual que hace doce años, van a hacer lo mismo, pero en esta ocasión van a votar por Santos porque creen que es Uribe.
Sin embargo eso hasta ahora es solo una parte del problema. Dicho de otra manera para nuestro caso de la pandemia, tanto Uribe como Santos no representa solución alguna. Ninguno de los dos tienen claro cómo solucionar el problema de la violencia, es más, Santos cumple con todos los requisitos necesarios para incentivarla.
 Vamos a mirar un poco lo que ha sucedido. Uribe prometió acabar con la guerrilla y no pudo, tuvo ocho años para hacerlo y no lo logro. Quizá muchos dirán “pero hizo más que sus antecesores”, la respuesta es “pues claro”, al igual que en casos de pandemia, a la guerrilla, ha sido más fácil controlarla partiendo de los antecedentes. Se sabía que estaban fortalecidas gracias a lo que pudieron hacer estratégica y logisticamente desde el Caguan territorio que Pastrana les entregó sin condición y a sus vínculos cada vez más fuertes  con el narcotráfico. De igual forma Pastrana fue el gestor del plan Colombia herramienta fundamental para combatirlas –no para acabarlas-. Entonces, era claro que no eran dignas de confianza y se contaban con los recursos  suficientes para atacarlas.
Si miramos con un poco más de objetividad los resultados de Uribe con relación a su guerra contra Las Farc, encontraríamos que no son tan brillantes como aparentan, porque el trabajo se ve magnificado cuando las condiciones son extremas,  claramente es más notorio cuando se barre un piso totalmente lleno de tierra, que cuando se barre un piso que apenas tiene algunas partículas de polvo.
¿Pero entonces que le falló a Uribe?.  Primero, que no fue tan duro desde el principio, hubo concesiones , se habló de zonas de encuentro, se invitaron a otros países  no muy cercanos a Uribe a participar de las liberaciones, en fin, soltó a Granda y no se puso radical. Segundo, se concentro en acabar militarmente a la guerrilla y la lógica nos invita a pensar diferente, cae en el mismo error de falta de observación de todos sus electores y seguidores,  por eso no pudo cumplir con su cometido.
A diferencia de lo que hacen los científicos con las pandemias, a Uribe le falto detectar el origen, el bacilo o el virus, peor aún, en su carrera por combatir la manifestación física, Las Farc, alimentó el sistema impulsando más gente a los brazos de la guerrilla. Uribe habla de cifras de desmovilizados, pero no habla de nuevas vinculaciones, deben ser mayores, porque la pobreza en Colombia crece, la agricultura decrece y los campesinos de algo tienen que vivir. O se van de guerrilleros, o trabajan para los narcotraficantes, en cultivos o cocinas.
Finalmente, el reto para el próximo presidente deberá ser acabar con la violencia, no se trata de solo combatir a las Farc porque en eso se puede gastar ocho años más, y de nada sirve acabar con Las Farc si cuando ya no existan, la violencia se habrá transformado en grupos emergentes de las AUC, sicarios del microtráfico,  delincuencia común, barras bravas, choferes enguayabados y en general personas inconformes por vivir en un país desigual, personas que sienten que cada día pierden, que el Estado no les da, sino que les quita, son personas que se hacen matar por cien pesos, por un partido de futbol, por un tropezón, por cualquier cosa, porque están cansados de perder.
En conclusión, la guerrilla es un síntoma, la pandemia es la violencia, que muta y cada vez más se manifiesta en diversas formas. La enfermedad es producida fundamentalmente por la inequidad social, la falta de educación y de cultura, esto se puede leer como falta de oportunidades. Y lamentablemente es un circulo vicioso porque la alta concentración del poder en un grupo pequeño de políticos impide que se pueda romper con la dinámica corrupta, clientelista y delincuencial que impide que los dineros públicos sean destinados para el fin que fueron previstos y que los costos de las obras sean justos,  que haya un recaudo de impuestos eficiente y que paguen más impuestos los que más ganan. Mientras unos campesinos se mueren de hambre el gobierno le regala dinero a los extranjeros a través de exenciones, ¿tiene lógica?  En caso de llegar a tenerla, no entiendo entonces  por qué: el 50% de la población es pobre, el 28% está en la indigencia, la riqueza está concentrada en un 10% de la población, el desempleo es del 14% y hay cerca de 4 millones de desplazados.
Bueno,  por otra parte hubo un descarado abuso de las vigencias futuras, Uribe dejó sin mucho accionar al próximo mandatario.
Yo creo que la única solución que tenemos como país es: REINICIAR y si así no nos funciona, ni modo, no hay garantía, es “Hecho en Colombia”.

1 comentario:

Átomo dijo...

El pesimismo de este post me gusta más. jajajajajaj

La guerrilla, sin duda alguna, ha afectado enormemente la capacidad de decidir en este país. Se elige un candidato por su posición ante la guerrilla, ante Chávez y ante lo que sea, pero no por la posición que tenga con respecto al pueblo.

Como lo dije en un post, aquí elegimos "jefes de estado", "primeros mandatarios" y no "servidores públicos".

Este país no tiene guerrilla, tiene una partida de ineptos que ni siquiera son capaces de revolucionar un país. Necesitamos una iniciativa mejor ¿quién la propone?