Como si se tratara de Odiseo, el presidente electo Juan Manuel Santos mandó a construir de forma inteligente un Caballo de Troya.
Un caballo de Troya a la criolla, era imposible construirlo solo con Epeo, era necesario tener decenas de serviles Epeos , quienes dentro de sus partidos políticos recogieran los materiales necesarios para la construcción de este majestuoso regalo, el cual Santos bautizó como “Gobierno de Unidad Nacional”.
La tradicional clase política colombiana sintió que al morir su Aquiles, que a diferencia del héroe griego, este se caracterizaba por dividir, polarizar e insultar, se abría la oportunidad de unirse todos en torno a Odiseo y acabar finalmente con los troyanos.
Hoy todos los políticos tradicionales -como soldados griegos- se han montando en el caballo. Están listos para derrotar a los troyanos, al igual que lo hicieron los griegos, pretenden, con un supuesto regalo, vencer a su enemigo.
A diferencia de los griegos, la estrategia de ahora no se basa en la fuerte creencia que tienen sus víctimas en los dioses, sino en su extremada ingenuidad y necesidad de escuchar un discurso de unidad, aunque en la práctica, no son más que griegos y troyanos.
Claramente el Caballo de Troya criollo no se ha terminado de construir, por lo tanto los troyanos solo creen, hasta ahora, que van a recibir un regalo, todo luce bien, pero llegará el momento en que las puertas se tendrán que abrir y se necesitarán derribar las paredes de la ciudad, para que entre el regalo.
Las puertas se abrirán con leyes inconvenientes pero populistas y los muros caerán cuando la popularidad del nuevo presidente supere el 60%. En ese momento el Caballo de Troya Criollo estará dentro de la ciudad para arrasarla, invadirla y destruirla.
A diferencia de los griegos de la época, a los colombianos de hoy no los caracteriza el patriotismo, la lealtad es selectiva, así como la honestidad y la ética. Por lo tanto lo mejor que le puede pasar a los troyanos de hoy, es que Santos, antes de cerrar el caballo, suba a Andrés Felipe Arias (Uribito se muere de ganas por estar en ese caballo); Sin embargo, Santos se ha caracterizado por su suspicacia y sabe lo inconveniente que resultaría la presencia de tan nefasto personajillo en su caballo.
Recordemos quien es Uribito. Personajillo que sobresalió por sus debates ramplones en el senado, en donde debatió mucho y se defendió con pocos argumentos, se caracterizó más por los ataques personales a la senadora ex liberal Cecilia Lopez; el tiempo finalmente le daría la razón a la senadora y Agro Ingreso Seguro demostraría la calaña del hoy ex ministro de agricultura. Fue pre-candidato conservador a la presidencia, compitió en su estilo ramplón contra una mujer, El hada Madrina Noemí fue la victima de sus ataques, en esa campaña dijo que respetaría los resultados de las votaciones, así perdiera por un solo voto; nunca se entendió a que se refería con “respetar los resultados”, porque fue él, quien por debajo minó al conservatismo, de ahí la pobre votación que tuvo la candidata conservadora en las elecciones. Ahora sin ser parlamentario, está interviniendo en asuntos que solo le corresponde a la dirección de partido en cabeza de Fernando Araujo. Uribito busca protagonismo a toda costa y solo es leal, como se puede evidenciar, con él mismo en su carrera por llegar, algún día, a la presidencia de la republica.
La pregunta que surge es, ¿qué puede pasar si Santos monta al caballo a Uribito?, por el talante de Uribito, se puede esperar que mine al santismo, que sea la piedra en el zapato que indisponga a Uribe (el original) en contra de Santos.
Santos dará motivos porque una vez en el poder, girará y dando un poco la espalda a Uribe, demostrará que por lo menos, la ramplonería, es algo que lo distancia de su ex jefe. Uribito estallará furioso, e intentará cumplir con su propósito papal, pero para ese entonces, su dios ya no será más que una deidad olvidada.
Siendo así las cosas, lo más probable es que Uribito sea el cáncer que necesitan los troyanos, estará en manos de Santos, dejarlo o no hacer metástasis, o bueno, también existe la posibilidad de que Santos nos sorprenda, con unos pantalones tan bien puestos, como para no montarlo en su caballo.
Siendo así -y como el mismo Uribito lo ha manifestado- gracias a su preparación académica y su carácter adulón, él no se quedará sin trabajo, seguramente le tocará resignarse a cambiar de sueldo pero no de sector, ni de jefe, podrá administrarle las fincas a Uribe o bueno, en últimas, tendrá que hacer un esfuerzo para pedirle a José Obdulio unas recomendaciones para dictar cátedras sobre “politiquería económica I” en las universidades en que José Obdulio trabaja o para servir de voluntario en la “Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia” que es más un centro uribista de oración.
Uribe no va a dejar sueltos a sus discípulos y ya le mandó un mensaje subliminal a Santos, el cual se puede resumir así “ni se le ocurra dejarme por fuera del caballo, porque tengo la forma de mantenerme vigente y activo en la política, y quizá desde otra posición como puede ser la alcaldía de Bogotá le puedo incomodar mucho más que dentro de su caballito discapacitado, pero recuerde que no solo debo estar adentro, sino también compartir la estrategia sobre el manejo de las riendas”.
Si Santos tiene tanto carácter y es un tecnócrata, como lo quiere hacer ver, Uribito no tiene cabida en el nuevo gobierno por desleal y corrupto. Si tiene vocación de poder mantendrá a Uribe a metros, de lo contrarío veremos una segunda reelección de Uribe en cuerpo ajeno.
Yo le apuesto más a un distanciamiento, y a que, en uno o dos años, la oposición al gobierno la encabezará Uribe acompañado de: Uribito, José Obdulio, Fernando Londoño, Plinio Apuleyo y Rafael Guarín.
Mis queridos troyanos, solo espero que entre tantas disputas, no nos vaya a ir como a las… víctimas de una hecatombe.
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